Polis sin pistola

Últimamente mi humana no ve películas. Está muy enfrascada en una serie inglesa policiaca. Pero son unos policías muy raros. No tienen músculos, ni podrían ser modelos de pasarela, como la mayoría de los que salen en la tele. Son dos señores, que van por el campo intentando averiguar quién es el asesino, mientras se inflan a té y cerveza. La verdad es que tiene su aquel.

Esos curiosos polis sin pistola

Pero no les entiendo una palabra, hablan un idioma bárbaro, creo. Mi humana ve capítulos sin parar por la noche, y es que con este calor cuesta mucho dormir. Yo voy “despelujándome” por los rincones por culpa del verano. Es increíble. El otro día me encontré con una de mis bolas de pelo y la saludé. Pensé que era un gato nuevo  del vecindario…lo que me lleva a comentar que, mi humana, deja pasar demasiado tiempo entre barrido y barrido. Que conste que no me gusta criticar. Líbreme Dios de protestar, es cierto que la comida podría ser más sabrosa, los juguetes renovarse más a menudo y la cama más mullida, pero no me quejo en absoluto…

Volviendo a la serie, hay algo que me llama mucho la atención, son policías sin pistolas. No llevan nada de nada, ni siquiera un poco de arena para tirar a los ojos de los malvados. Inexplicablemente nunca sufren ni un rasguño, parecen asesinos muy razonables, debe ser porque son ingleses o porque el té relaja…no he llegado a comprenderlo del todo. El caso es que a ella le encanta verlo, lo noto en su expresión de satisfacción, como buen gato conozco cada microgesto de mi humana. Espero que haya muchos más capítulos por ver, porque así la veo feliz, que es la cosa que más me gusta después del jamón de york. Cuando sonríe me siento tranquilo, a salvo, bendecido por Bastet. Gracias “Midsomer Murders”.