Viajar pegados no es viajar

No sé si vosotros cogeréis mucho el metro… Yo, curiosamente, cada trabajo que he tenido me ha llevado a la otra punta de la ciudad. Con lo cual, me tiro mucho tiempo en él. Y cuanto más tiempo pases, más probabilidades hay que veas o te pasen cosas.
Yo tengo un problema con mi espacio vital, no me gusta que se me arrimen sin motivo. Así que imaginaos en hora punta… Cuando voy sentada y en un lado, casi siempre se pone alguien pegado a la puerta para salir rápido, con lo cual acabo con unas nalgas a la altura de mi cara. O un bolso, que casi siempre tengo que sortear para que no me meta una esquina en el ojo. O una mochila, y acabo yendo con la cabeza ladeada y lanzando una mirada asesina al que me da la espalda…casi rozando el hombro de la persona que tengo sentada al lado, y que me lanza la misma mirada asesina. Y luego cuando vas en cualquier asiento, siempre hay alguien que se coloca para hacer o no hacer algo… Pero te coloca el codo en tus costillas 😡 o parte de sus pertenencias acaban en tus rodillas. ¿ Y cuando voy de pie? Ay madre… Es peor!!! Cuando alguien se agarra arriba y su axila queda expuesta y suelta sus vapores.. Y yo rezando porque no huela a desodorante de hace 48 horas ( si hay algún fabricante que esta leyendo esto, dejad del poner que dura 2 días. Mi olfato está harto de comprobarlo… ¡¡No funciona!!) Cuando va hasta arriba, alguien de detrás quiere salir, te toca el hombro (o el culo)… Y te arrimas a la persona de delante,  hasta tal punto que hueles su perfume y tienes que desviar la mirada porque es incomodo en varios sentidos. He tenido novios que se acercaban menos, no os digo más.
Y eso es de lo más normal que puede pasar en unas 8 estaciones (o menos) Yo de una tacada me he tragado 27 paradas, así que imaginaros la de cosas que habré visto. Pero eso ya os lo contaré en el próximo viaje. Esta es mi parada y necesito estirarme :p