Vagón del metro 4G

Estamos en la época de la tecnología… Es casi una droga, una adicción. En el metro, es rara la persona que no va con móvil en mano curioseando. O con el tablet, o libros electrónicos… Y en caso muy raros, hay gente que va hablando, interactuando entre personas físicas o con un libro…¡¡¡¡En papel!!!! Todo es táctil, y ya nos parece hasta raro que algo no cambie al tocar una pantalla.

Por ejemplo: no hace mucho, un chico queriendo salir del vagón, se dedicó a tocar la pantalla donde aparece el nombre de la estación en formato digital… Cuando se abre en el botón metálico que hay pegado en la puerta. Me dio penilla, la verdad… Jajajaja.
¿Y quien no ha compartido asiento, y/o espacio con alguien que va hablando por el móvil, pero que parece que va dando un sermón a todo el vagón? En más de una ocasión me han dado ganas de dar alguna moneda, a ver si así con suerte se callaba.
En las fiestas siguen siendo el regalo estrella: teléfonos, ordenadores, televisores…y ves a la gente cargada, ocupando un montón de espacio e intentando mantener el equilibrio sin romperse la crisma ni ningún regalo.

Incluso en una ocasión, un chico que llevaba una televisión de 44 pulgadas creo, una chica se acercó y le preguntó: – Perdona, ¿puedo coger la caja? Quiero comprar una, y no sé si soy capaz de cogerla. El chico le contestó con cara extrañada: – Si, claro. Y acto seguido la chica la cogió en volandas, y con cara sorprendida,le dijo: -Uy, si creía que iba a pesar menos. Gracias. Y se alejó… Mi cara, fue un poema jajajaja.
Ya cada vez es menos raro ver las cabezas agachadas, y con un aparato tecnológico entre manos en cualquier sitio… Y probablemente tú, (si tú, el que estás leyendo esto) estés en el sofá de tu casa, en el baño (no mires con esa cara, sé que lo haces jajajaja)… O en el metro. Si es en el último, espero que con este texto, se te haya hecho un poco más corto el viaje.