
Entrevistas estelares
Roberto Drago: «Cuando hice de doctor en “Hospital Central”, mi visión sobre los médicos cambió»
Fotografías: Chema Pombo.
La sala de teatro madrileña Nave 73 es el punto de encuentro con el actor argentino Roberto Drago. Nos recibe minutos antes de salir a escena, está trabajando en la obra “Sala de juegos”, una inquietante pieza que podéis disfrutar todos los sábados de abril. Roberto tuvo la gentileza de invitarnos a verla, solo puedo decir que no os dejará indiferente…pero prefiero no contar nada más y que vayáis a verla.
Roberto es un hombre esencialmente tranquilo, sus respuestas son meditadas e inteligentes. Es una de esas personas capaces de aportar calma en las situaciones más alarmantes. Esto lo transmite en sus interpretaciones, es un actor muy sólido además de sobrio. No le hace falta gesticular demasiado para transmitir lo que desea, es algo que se agradece como espectador.
Charla con Roberto Drago en Nave 73
Roberto, ¿en qué momento sentiste que lo tuyo era la interpretación?
Desde pequeño. Mi padre era dentista en la Sociedad General de Actores en Argentina, y el también hacía sus pinitos como actor. Estuve estudiando interpretación en mi país desde los 11 hasta los 14 años, en el 86 nos vinimos a España, y hasta los veintitantos no me metí en una escuela.
¿Te planteaste objetivos y tiempos límites para conseguirlos cuando decidiste ser actor?
Para nada. Es como si eliges ser médico, es una elección de vida, un camino a seguir.
¿Contaste con el apoyo de tu entorno?
Sí, mi entorno siempre ha querido lo que yo quiera. Es una cosa muy española que la familia presione para que no se sea actor, eso en Argentina no sucede. Allí la profesión está mucho mejor considerada que aquí,donde todavía se tiene esa idea retrógrada de que trabajar como actor es algo indigno o poco serio.
Dime, ¿recuerdas tu primer casting? ¿Fue divertido o traumático?
Lo recuerdo perfectamente, pasé nervios pero también lo disfruté mucho.
«Un director de casting que sepa elegir bien, facilita mucho el trabajo del director»
¿Tú crees que la figura del director de casting es positiva o negativa para el actor?
A mí me parece una figura positiva. Es el que descarta a los actores para enseñarle propuestas al director, tiene un papel imprescindible. Un director de casting que sepa elegir bien, facilita mucho el trabajo del director y de toda la producción. Evidentemente hay de todo como en todas las profesiones, también es cierto que están sometidos a mucha presión, y en realidad tampoco mandan tanto como creen.
Roberto, ¿es verdad que para la mayoría de los actores es muy complicado acceder a los castings? En otros países se pueden llegar a hacer varios a la semana y sin embargo aquí…
No sé de qué países hablamos, porque hay muchos…
Estados Unidos…
Compararte con los Estados Unidos, que es el motor del cine en el mundo pues…qué decir…estamos a años luz. En Argentina tampoco es fácil acceder a las pruebas. Yo creo que la mejor manera de conseguir trabajo, es que los demás deseen trabajar contigo. Para eso tienes que reunir cualidades como el compañerismo, ser responsable, puntual, talentoso, bien formado…y a partir de ahí, intentar moverte lo que puedas. Es cierto que nos gustaría hacer más pruebas, pero también entiendo que si un director decide hacer una película, llame a sus amigos. Pasa en todas las profesiones.
Pero haciéndolo así, llamando a los amigos, se cierran muchas puertas al resto de los actores…
No lo creo. Tampoco tienes que esperar a que te abran las puertas, lo tienes que hacer tú. Estaría genial que se abrieran más los casting a los actores desconocidos, pero también es cierto que los actores tenemos que provocar el propio trabajo.
Roberto Drago opina sobre el teatro
Cambiemos de tema, ¿cuando decidiste ser actor tu idea era dedicarte solo al teatro?
Sí, porque mi formación es teatral. Aunque te confesaré que en realidad me daba miedo enfrentarme a la televisión o al cine. Sinceramente, me moría de ganas de hacerlo todo.
En el teatro es donde un actor se siente más realizado ¿no?
Depende, porque el estilo no determina el trabajo en sí. Puedes trabajar en una gran obra de teatro, y estar haciendo de árbol, o también trabajar en una historia poco interesante…el mal teatro es el peor espectáculo del mundo. Hay televisión y cine bueno o malo. El formato no determina la calidad del producto, pero sí te digo que el buen teatro es, para mí, el mejor espectáculo de todos.
¿Se pasan, con el tiempo y la experiencia, los nervios antes de salir a escena?
Yo no sufro de nervios,más bien siento una cierta inquietud, pero con el tiempo yo creo que sí que se pasan. Uno se va acostumbrando. Además, el teatro es para disfrutar. ¿Qué es lo peor que puede pasar?¿Que te quedes en blanco o hablen mal de ti? Si van a hablar mal de ti de todas formas, qué más da.
«Todos los caminos son válidos mientras te sirvan»
Roberto, ¿utilizas algún tipo de ritual para meterme mejor en la piel del personaje que vas a interpretar? Alejandra Grepi me contó que se compraba un perfume distinto para cada uno.
No, yo no. Pero a mis alumnos les cuento, que si les viene bien usar un olor o un muñeco de cuando eran pequeños, que lo hagan si les va a ayudar. No siempre lo sensorial te va a servir para llegar a tu personaje. Sí te digo, que cuando me pongo a preparar uno, quizás escucho un tipo de música determinado o me pongo ropa que me inspire. Todos los caminos son válidos mientras te sirvan.
¿Alguna vez has tenido problemas para desconectar de un personaje?
No, pero sí puede suceder que dependiendo del papel que estés haciendo, termines prestando más atención a cosas que tienen que ver con tu personaje. Cuando hice de doctor en “Hospital Central”, mi visión sobre los médicos cambió, porque observas mucho más lo que tenga que ver con ello.
Debe ser divertido el proceso de creación del personaje, ¿verdad?
Sí, es muy divertido y de lo más interesante. La investigación y documentación, además de averiguar qué parte de ti hay en un personaje, es fascinante.
Estarás de acuerdo con lo que me dijo Manolo Solo, que prefería decir que los actores jugáis, como hacen los niños, porque actuar le sonaba a fingir…
Sí, exacto. Es jugar…si te fijas, los niños pequeños tienen un talento innato. Mis ahijadas, si juegan a ser enfermeras lo son. Se lo toman muy en serio, y no actúan. Después, eso lo perdemos, y los actores tenemos que recuperarlo para volver a jugar como niños. Como decía Picasso: “ Llevo toda la vida intentando pintar como un niño”.
La llegada de «Hospital Central»
Roberto, tu llegaste a la serie “Hospital Central” un poco por casualidad…
Sí, porque ni me había enterado de las pruebas. No estaba metido en televisión ni nada. Un año antes había hecho una prueba para el director de casting Luis San Narciso. Él fue quien me recomendó a “Hospital Central” cuando se quedaron sin el actor argentino que habían seleccionado, porque no tenía los papeles en regla. Me probaron, y una semana después ya estaba en la televisión.
¿Cuál es tu balance de todos aquellos años en la serie?
Hombre, fue un proceso curioso. El personaje era un estereotipo en un principio, y tuve que luchar para romperlo. Propuse un tipo más frágil y conceptuado. Yo es que no puedo hacer un personaje que me cae mal, y este personaje me resultaba antipático. Era una especie de chulo de discoteca, al que le daba igual la medicina, y no me sentía identificado. Finalmente lo fui llevando a mi terreno. Fue un gran aprendizaje.
Roberto, ¿no se termina uno cansando de hacer el mismo personaje durante tantos años?
Pasas por diferentes etapas. Te tienes que reinventar. Era la primera vez que hacía televisión, para mí fue una escuela, tuve grandes compañeros y profesionales a mi lado. Lo aprendí todo en audiovisual, les debo mucho.
«Si no te gusta la fama es mejor que te dediques a otra cosa»
¿Te llegó a agobiar la fama? ¿La gente era muy pesada?
No, además yo tengo mucha paciencia, y la verdad es que siempre he estado muy agradecido. Me molestaba más cuando estaba sin un duro. Al fin y al cabo vives del público, a mí siempre me han tratado con mucho cariño. Creo que si no te gusta la fama es mejor que te dediques a otra cosa. Si te reconocen es porque te ven, y eso para mí es un halago.
¿Te seduce escribir y dirigir?
Bueno, escribir, no escribo porque es un trabajo solitario y a mí me gusta más estar con gente. En cuanto a dirigir, dirijo a mis alumnos de las escuelas “Estudio V” y “Primera toma”. También doy clases en la Universidad de Alcalá de Henares, en un máster para ingenieros.
Cuéntanos tus proyectos.
Voy a estar todos los sábados de este mes en Nave 73, haciendo la obra “Sala de juegos”. También llevo un año con el monólogo “El grito del contrabajo”, estoy realizando bastantes bolos con él. Y estoy interpretando al Don Juan de “El burlador de Sevilla” con la Compañía Estable de Corral de Comedias de Almagro, que me encanta. Para mí es una oportunidad para poder hacer verso clásico, estoy muy contento. Además voy a hacer una película, y también varios cortos. Me gusta apoyar a los jóvenes en proyectos que me agradan.
La película favorita de Roberto Drago
Pasemos a la segunda parte de la entrevista, dinos qué película te entusiasma.
“El padrino” (1972,Ford Coppola), la trilogía en general, son peliculones. Con interpretaciones espectaculares, para mí es una obra de arte y maestra. Además, mi rama paterna es siciliana, así que me sentí identificado con esta cultura.
¿Con qué secuencia te quedas?
Quizás con una de la segunda parte, cuando el hermano de Al Pacino le pide perdón, se lo da, pero acaba matándolo. También me impresiona la secuencia que tiene con la mujer, cuando le dice que se va con los niños. Se me ponen los pelos de punta.
¿Eres hombre de versión original?
Normalmente sí, aunque también me gusta verlas dobladas, depende del momento. No soy demasiado ortodoxo, y además el doblaje en España es bueno.
¿Te molestan las palomitas en el cine?
Si no hacen ruido…creo que hay que ser un poco tolerante, no me parecen mal.
Muchas gracias Roberto por tu amabilidad, he aprendido mucho con tu entrevista, nos vemos en los escenarios.
Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.
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