Entrevistas estelares

Jorge Suquet: «Crear un personaje es muy divertido y artesanal»

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Fotografias: Chema Pombo

Color ámbar, miel, caramelo…no pude descubrir de qué color son los ojos del actor Jorge Suquet. El madrileño me encandiló interpretando a Graziel en la serie “Ángel o demonio”, desde entonces procuro seguirle la pista, y ver todas sus trabajos. Suquet es muy bueno, lo tiene todo para convertirse en uno de los grandes de nuestro país: talento, gran formación y atractivo. Es cuestión de tiempo que triunfe como se merece, de hecho ya ha empezado a caminar por ese sendero. Tuve la fortuna de entrevistarme con él en el restaurante “O Mamma mia”, en la calle Luchana, junto al añorado cine Palafox.

Los inicios de Jorge Suquet

Jorge, ¿por qué decidiste ir a Nueva York a formarte?
Verás, fui a Maine a hacer 3º de BUP cuando tenía 16 años, y fue entonces cuando me dijeron que por qué no me dedicaba a actuar. Siempre había estado metido en grupos de teatro, pero hasta ese momento no pensé en ello desde un punto de vista profesional. Volví a España, y mientras hacía mi carrera de audiovisuales, comencé a mirarme cosas sobre el tema. Al terminar la universidad, fui a clases de danza y movimiento con un maestro norteamericano, y con él comencé a hablar sobre sobre volver a los Estados Unidos a estudiar. Además, siempre había sentido como una especie de fijación por Nueva York. Afortunadamente tenía dinero ahorrado tras haber hecho publicidad, y me fui para allá a una escuela de interpretación.

¿Se forma de manera diferente al actor en Estados Unidos con respecto a España?
La verdad es que no lo sé. En España nunca he hecho un curso regular, como hice allí. Aquí solo he realizado seminarios orientados a los profesionales. Imagino que tiene que ser similar. Sí te puedo decir, que en Nueva York había una formación muy completa, con muchas horas donde se tocaban todos los palos.

¿Te apeteció quedarte en tierra americana a probar? No tienes el físico del típico español, eso te ayudaría.
Bueno, me suelo encontrar allí con dificultades, justamente porque no soy el típico español que esperan. Aún así, me planteé afincarme en Estados Unidos durante un tiempo, y empecé a gestionarlo todo con una abogada.

¿Y qué sucedió?
Pues que de pronto sentí el impulso de volverme.

¿Te agobiaste?
No, no fue agobio. Fue más bien que me apeteció probar aquí, porque en realidad no me había ido a hacer las américas sino a formarme, y pensé que era mejor construirme primero una base en España.

Teatro en U.S.A

Pero lo cierto es que ya había hecho bastante teatro en los Estados Unidos…
Sí, así es. Fue increíble, resultó una gira muy loca, que hicimos por el medio oeste con una compañía muy pequeña. Una maravilla de experiencia.

El teatro es lo que más enamora al actor ¿no?
Es muy especial. Es algo que sucede de manera continuada, lo vives en ese momento, y se queda ahí…pasa solo esa tarde o noche. Luego hay algo muy bonito…sentir cómo vas usando lo que has aprendido durante todo el tiempo de ensayo, y encontrando cosas nuevas mientras actúas. Además, la comunión con el público es especial. No hay nada similar.
Cada cierto tiempo lo necesitas. Los talleres que hago, como el último de Shakespeare con Juan Carlos Coraza, es impresionante. Te pasas varias horas a la semana inmerso en las líneas del dramaturgo inglés, sin parar. Es una especie de laboratorio, donde puedes ensayar y probar cosas, te sirve para desengrasar la maquinaria porque necesitas estar siempre en activo. Pero tanto el cine como la televisión también me encantan, la cámara tiene algo muy especial.

Jorge Suquet reivindica el OFF

También has probado el microteatro ¿cómo te sentiste haciéndolo?
Me sentí muy bien, confiaba mucho en el proyecto, tienes que estar muy seguro de lo que haces porque es un poco tirarte a los leones. Fue agotador, pero me resultó una experiencia bastante interesante, los dos proyectos que hice eran muy divertidos.
Es otra forma de enseñar tu trabajo, también creo que el mundo Off ha cubierto muy bien las necesidades que había en un momento específico, en el que las cosas no estaban demasiado bien. Ha sido un buen inicio de una escena nueva en el teatro madrileño.

El Off ha aportado frescura, que aparezcan nuevos dramaturgos…ahora hay que dar un paso más, y profesionalizar ese Off. Hay ocasiones en las que se trabaja en condiciones lamentables, todos queremos actuar y dirigir, lo que se convierte en un arma de doble filo, porque al final no sabes muy bien quien se aprovecha de quien.

¿No crees que en los últimos años se ha explotado mucho al actor?
Sin duda, pero no solo en el teatro.
Me dijo Aitor Tejada que era necesario que los actores se negasen a trabajar cuando lo que le ofrecían no se ajustaba a vuestro convenio…
A mí me parece bien, lo que pasa es que hay momentos muy malos. Pero viniendo estas palabras de quien vienen, todo me parece bien, porque Aitor es un hombre muy inteligente y comprometido con la profesión.

¿Crees que hace falta una gran revolución?
Sí, creo que sí. pero hacen falta revoluciones en muchos aspectos de la vida, estamos dejando pasar cosas que no deberíamos.

Jorge Suquet en micinexin.net

¿Cómo crea Jorge Suquet cada personaje?

Cambiando de tema, Jorge, ¿sigues algún tipo de protocolo o ritual para construir tus personajes?
No tengo un ritual fijo, porque cada personaje es distinto. A veces la inspiración parte de una imagen, o de una exposición que veo, o que tengo en la memoria…lo que si llevo siempre encima, es un amuleto que me dio mi madre hace muchos años, y luego, cada vez que estreno una obra, también tengo que estrenar calcetines. Esto son más manías. Crear un personaje es muy divertido y artesanal. Durante el proceso me gusta mucho hablar con el director, y con los guionistas, que son los que conocen al personaje desde el principio. Por ejemplo, mi personaje de Graziel, apareció cuando le pusimos el bigote, y a partir de ahí comencé a investigar sobre el sarcasmo, y empezaron a salir cosas mías que  desconocía.

Cuando haces durante mucho tiempo un personaje…¿te lo llevas a casa y a tu vida personal?
No…yo creo que siempre desconecto, aunque pienso que en ocasiones hay algo que se queda dentro de ti, algo que se mueve. Quizás porque empiezas a explorar otras partes de tu interior.

¿Hacer un personaje como Graziel es más divertido que hacer uno histórico como el de Juan Carlos I?
Es diferente, lógicamente con Graziel tienes posibilidad de dar rienda suelta a tu creatividad. Se disfrazaba más que Mortadelo, era bastante divertido interpretarlo. Al hacer algo de tipo fantástico, tienes más licencias, que puedes sobrepasar incluso. También hacer al rey fue interesante, porque descubrí cosas que no sabía, el equipo era fantástico.

Me comentó Roberto Drago, que trabajaba mejor cuando sentía vértigo ¿ a ti te sucede igual?
Hombre, algo de riesgo te pone siempre en alerta, y suele ser positivo. El trabajo mecánico no interesa, a nosotros nos gusta que pasen cosas de verdad. Es más inspirador sentir cierto miedo.

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Fama y proyectos

¿La fama te ha llegado a molestar?
Nunca. También es cierto que yo no he tenido una fama descomunal, he disfrutado de mis momentos. Sí es cierto, que con “Ángel o demonio” me costó acostumbrarme al inicio, pero porque yo creía que me miraban más de lo que lo hacían en realidad. Pero por lo general, la gente siempre ha sido muy cariñosa y amable conmigo.

¿También te seduce escribir y dirigir?
Tengo ahí un par de cosas que no he desarrollado y que, efectivamente, me seduce probarlo. Pero con mucho respeto, claro.

¿Crees que faltan historias más rompedoras?
Creo que hace falta riesgo, sí. En España hay un talentazo que no se está aprovechando, no sé que ocurre que no terminamos de arrancar.

Cuéntanos tus proyectos, Jorge.
Hice dos capítulos para la serie de piratas “Black sails”, que ahora está distribuyendo Netflix. Es ya la cuarta temporada, una serie maravillosa que rodé en Sudáfrica, estuve dos meses allí y fue una experiencia magnífica. Hago de espía español, enviado por Felipe V. También he trabajado en la película de Isabel Coixet “The bookshop”, que hice junto a Patricia Clarkson, Emily Mortimer, y Bill Nighy. Hago de un abogado inglés en los años 50, en un pueblecito. Es enriquecedor trabajar con Isabel, deja mucha libertad creativa, y sabe dirigir muy bien. Y tengo varias cosas en el horno que aún no se han terminado de cocer.

Su película favorita

Pasemos a la segunda parte de la entrevista, háblame de tu película favorita.
Mira, la que me viene es “E.T.” porque es la primera que vi en el cine, y justo en los cines “Palafox”, que acaban de cerrar. Pero una de mis películas favoritas es “La conversación”(Coppola, 1974), Hackman siempre me ha apasionado. “Arrebato” (1979, Zulueta), “El graduado” (Nichols,1968) Hoffman es otro de mis favoritos.

Con que secuencia te quedas.
Me gusta mucho cuando Hackman está tocando el saxo en su apartamento destrozado, en “La conversación”. De la película “Opening Night”(Cassavetes, 1977) me quedo con la secuencia de cuando ella llega muy ebria al teatro, y tiene una secuencia memorable sobre el escenario junto a Cassavetes…hay tantas…

¿Eres hombre de versión original?
Sí, lo soy. No puedo verlas dobladas, me vuelvo loco. Con todo mi respeto para los dobladores españoles que son muy buenos, de hecho voy a hacer un curso de doblaje ahora.

Muchísimas gracias, Jorge, por tu tiempo y tu energía positiva. Ha sido un placer charlar contigo, espero verte muchísimo tanto en cine, como en teatro y televisión. Eres de los buenos.

Jorge Suquet en micinexin.net

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.

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