
Buscando Shangri-La
Nacho Ares: “ Es peligroso explicar el pasado con respuestas del presente”
Fotografias: Chema Pombo
Primera parte
La mítica Plaza de Santa Ana, se me antojaba un marco inmejorable para nuestra charla con el historiador Nacho Ares. Era una entrevista que deseaba hacer desde hacía tiempo, pero no me atrevía. Me asustaba hacerle demasiadas preguntas tontas a un excepcional historiador como él. Nacho, además es investigador y divulgador. Ama la historia, y le apasiona Egipto. No en vano, de sus dieciséis libros, diez están dedicados a la cultura egipcia. Comenzamos la entrevista, antes le echo una mirada a Calderón de la barca y me da la impresión de que nos mira curioso desde su pedestal pétreo.
Nacho Ares, su pasión por Egipto
Nacho, ¿cómo surgió tu pasión por Egipto?
Nace cuando tenía unos trece años y tuve que realizar un trabajo para clase sobre el descubrimiento de la tumba de TutanKamón. Necesité leer algunos libros para hacerlo, entre ellos “Dioses, tumbas y sabios” de C.W. Ceran. Aquel libro me fascinó. Desde ese momento, la idea de hacer medicina la cambié por la egiptología. Recuerdo, que cuando vi la primera fotografía de Tutankamón me dió un vuelco el corazón.
¿Tu amor por Egipto y el misterio nació a la vez?
Sí, totalmente. A mí siempre me ha llamado más la atención los misterios de Egipto, que la propia historia en sí. El hecho de que Amenofis IV fuera corregente de Amenofis III, me da un poco igual. Me llama mucho más la atención cómo se construyeron las pirámides, el sistema de iluminación dentro de las tumbas…
¿Qué sentiste en tu primer viaje a Egipto?
Fue en el 90, tenía veinte años y fue increíble. Por mucho que hayas leído o visto en televisión, no hay nada como estar allí. Recuerdo que me hospedaba en la décima planta del hotel Delta Pyramids, llegué a las cinco de la mañana y no podía dormir. Abrí la ventana, ya empezaba a clarear, y entre la densidad de la niebla comencé a vislumbrar un vértice enorme. Aquella imagen me impactó. Era la Gran Pirámide.
Nacho, una curiosidad ¿es cierto que Napoleón pasó una noche dentro de la Pirámide de Keops y después se negó a contar lo que había vivido allí?
Se cuenta que Napoleón, cuando estuvo en la expedición de 1798, dijo que no deseaba contar a nadie lo que había visto aquella noche porque no le creerían. Tanto él como Alejandro Magno, parece que se quedaron impactados por la fuerza y magia del lugar.
“La historia del niño aguador que descubrió el primer peldaño, es mentira”
Supongo a cada uno nos impacta una cosa diferente, a mí me impresionó ver la casa de Carter desde el autobús cuando iba de camino al Valle de los Reyes, tuvo que ser tremendo pasar allí tanto tiempo….
Espera- me interrumpe Nacho-. ¿A ti qué casa te dijeron que era la de Carter? ¿La de arriba o la de abajo?
La de arriba…
¡Pues es la de abajo! La de arriba es de un arquitecto egipcio de Luxor. Ambas son muy parecidas, los guías incluso lo desconocen.
Empiezo a sospechar que los guías no nos cuentan siempre las cosas tal y como fueron…
Hay muchos guías que han aprendido una serie de datos como si fueran pistolas de repetición. Cuentan continuamente los mismos errores, se copian unos a otros, incluso las leyendas urbanas las dan por buenas. Como la historia del niño aguador que descubrió el primer peldaño, eso es mentira. No aparece en los diarios de Carter, ni de los contemporáneos. Esta historia la contó Carter, cuando estaba en Estados Unidos dando charlas, para dar un punto de emoción a los hechos. El problema es que lo publicó una periodista, y a partir de ahí, se formó una bola de nieve.
Nacho Ares nos cuenta quién era el niño de la foto
Fíjate, incluso el guía nos contó que existía una foto del niño con un collar del tesoro de Tutankamón…
Ese niño era miembro de la familia de Abdel Rasul, quienes ahora tienen un restaurante al lado del templo de Amenofis II. Es cierto que el niño de la foto trabajó para Carter, era el hijo de uno de los jefes de obra. En la famosa fotografía, se le ve con uno de los pectorales del faraón. Se le hizo porque tenía la misma edad que Tutankamón cuando ascendió al trono, y les resultó gracioso tomársela. Le hicieron montones de entrevistas hasta que murió, y nunca dijo que fuese el niño que descubrió la tumba. Quienes alimentaron la leyenda, fueron sus hijos cuando él murió.
“No hay nada nuevo bajo Ra”
En tu último libro “ La hija del sol” (ed. Grijalbo), hablas de Akhenatón, un faraón fascinante. Sin embargo, cuando estuve en Egipto, me pareció que los guías renegaban un poco de él…
No lo creo, seguramente no saben mucho sobre él. En lo viajes convencionales, no se pasa por Tell El- Amarna. La única referencia que hay en el itinerario convencional, es en la visita al museo de El Cairo. Allí se encuentra la sala de Amarna, donde está el supuesto sarcófago, los colosos, algunos modelos del taller de Tutmosis de Nefertiti y las hijas…poco más. Entonces, tendrán un cierto conocimiento de él en líneas generales y nada más. En mi caso, nunca he notado que renegasen como me comentas.
Akhenatón, impuso el monoteísmo más por cuestiones políticas que porque fuese un iluminado ¿cierto?
Sí, siempre se ha idealizado la figura de este faraón, sobre todo desde el siglo XIX que es cuando se redescubre. Freud lo tomó como referente del primer monoteísta de la historia. Sin embargo, son etiquetas que con la película y el libro de “Sinuhe, el egipcio” (1945, Mika Waltari), se han visto como si fueran una realidad constatable, y eso es falso.
Akhenatón, junto a su esposa y el disco solar, forman una especie de triada. Parecido a la Trinidad, como ves, no hay nada nuevo bajo Ra. El reinado de este faraón, marca un antes y un después en muchas cosas : se engrandece la cuadrícula para representar la forma humana, se alargan las figuras, se hacen más sinuosas… Pero también es cierto que, de los diecisiete años que reinó, se mantiene esa representación de estética durante ocho o nueve. Dentro de la época de Amarna, hay altos y bajos. Queda mucho por descubrir, pero lamentablemente la mayor parte de textos e imágenes suyas, han desaparecido al ser considerado un faraón hereje en la antigüedad. En Amarna, queda poco más que el zócalo de los muros.
¿Akhenatón era un extraterrestre?
También hay quién dice que Akhenatón era un extraterrestre…
Sí, sí (sonríe irónico). Mira, eso son paralelos que se sacan a partir de conceptos antropológicos del siglo XIX-XX. Nadie en la Edad Media pensaba en un alienígena. Es intentar buscar explicaciones al pasado con respuestas del presente, lo cual es muy peligroso.
Como no sabemos de qué manera se iluminaban las tumbas, se dice que conocían la electricidad. También se dan mil hipótesis sobre cómo se arrastraban los bloques para construir las pirámides, cuando existen relieves donde te cuentan que se hacía con trineos ¿por qué nos iban a mentir?
Lo que sí es cierto, Nacho, es que Egipto aún tiene que darnos muchas sorpresas ¿no crees?
¡Claro! Te estoy hablando como si se supiera todo y es al contrario. Tenemos un montón de piezas que forman un puzle, pero todo está descolocado. Como te he comentado antes, conocemos que movían las piedras para las pirámides con trineos tirados por bueyes, pero ¿cómo las subían? Lo desconocemos. Herodoto nos habla en el siglo V a.C. de máquinas que utilizaban de una hilera a otra. Por otro lado se habla de rampas, algunas se han encontrado desmontadas junto a las pirámides. Tampoco tenemos muy claro el significado de la orientación real del monumento, como te digo, quedan muchas piezas por encajar.
“No hay trepanaciones en el Antiguo Egipto”
¿Y con respecto a la medicina? ¿Es verdad que estaban muy avanzados?
Sí. La novela de Waltari empieza con una trepanación, y eso hasta donde yo sé, es una leyenda urbana. No hay trepanaciones en el Antiguo Egipto. Sí es cierto, que los persas en la lucha con los griegos, siempre llevaban médicos egipcios. Tenían un gran conocimiento de la anatomía y experiencia en la curación de heridas de guerra. Existen un montón de papiros médicos, y el más conocido es el de Edwin Smith, que se encuentra en la Escuela de Medicina de Nueva York. En él se relatan una serie de casos, se da el diagnóstico y la manera de curarlos tanto con medicina convencional como por brujería.También se habla del empleo de elementos para hacer medicinas.
Aquí, queridos lectores, finalizamos la primera parte de la entrevista. En la próxima, Nacho nos hablará dará su opinión sobre la leyenda negra, contará si conocen algún oopart encontrado en el Antiguo Egipto, nos desvelará sus misterios históricos preferidos ¿no te apetece tener ya las respuestas ante tus ojos? ¡La semana que viene podrás disfrutar de la segunda parte!
Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.
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