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Entrevistas estelares

Alejandra Torray: “El oficio ha perdido mucho encanto, talento y camaradería”

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Reportaje fotográfico: Chema Pombo y Diego Pombo

La voz de Alejandra Torray, además de bella, es una fuente de energía. Tiene el mismo tono que su madre, nuestra primera dama de la escena Nuria Torray. Por eso, cuando escuchaba la grabación de la entrevista, me emocionaba especialmente. Era como hablar con madre e hija a la vez. Alejandra nos atendió en su taller de joyería Mut, en la Calle Dulcinea, 37 de Madrid. Es un lugar bello, donde el aroma de la creación y originalidad se siente por cualquier esquina. Sus joyas son únicas, como Alejandra.

Los inicios de Alejandra Torray

Alejandra, me imagino que cuando decidiste dedicarte a la interpretación tendrías todo el apoyo de tu familia…

No, mi padre venía muy escaldado de este mundo y me obligó a estudiar una carrera. En un momento dado, conseguí una beca para estudiar interpretación en Londres y mi padre se negó. (Recordemos que su padre era el escritor, director de teatro y realizador de televisión Juan Guerrero)

¡Te enfadarías muchísimo!

Me lo tomé fatal, tan mal, que hice la carrera e inmediatamente me fui a estudiar a la escuela que hizo Marsillach en el Teatro de la Comedia. Lo hice a escondidas de mis padres.

¿Tu madre tampoco quería?

Me entendía más, pero tampoco le hacía demasiada ilusión porque sabía que me tendría que enfrentar a muchas dificultades. Como te he comentado antes, mi padre no quería saber nada del tema, hasta que un día le dije: “Papá, mañana debuto en el teatro”. No le quedó más remedio que ir.

Cuéntame, ¿naciste con la vocación o fue creciendo en ti según pasaban los años y veías a tus padres trabajando?

Tengo esta vocación desde pequeña, y también lo he vivido mucho con ellos. Imagina, igual pasaba un año viviendo en Soria porque se rodaba “Fuenteovejuna” que en Barcelona porque se hacía otra cosa. Íbamos de gira constantemente. Empecé a trabajar con ellos en televisión muy pequeña. Con diez años ya había hecho dos películas con mis padres. Tras hacerlas, mi padre decidió que era estupendo lo que había vivido, pero que debía dedicarme a estudiar, de hecho hasta los dieciocho no volví a hacer nada. Sin embargo, a mí nunca se me olvidó la experiencia. Incluso fui haciendo mis cursos. En una ocasión me marché a Venecia a hacer mimo, mi padre se pensaba que lo hacía como diversión y no se lo tomaba en serio. Se empeñó tanto en que no fuera actriz, que la fastidió, ¡y al final fue que sí!

Colgante joyería MUT

“El telón se levanta, y todo el mundo desaparece”

Alejandra, cuando definitivamente te dedicaste a actuar… ¿qué era lo que más te llamaba la atención?

El teatro, siempre ha sido así. Donde me siento verdaderamente actriz es sobre el escenario. Me encantan todos los medios, pero en el teatro eres dueña de tu tiempo. El telón se levanta, y todo el mundo desaparece. Estás tú, con tu compañero y el texto, viviendo tu experiencia desde principio a fin con la energía del público. El teatro es lo más pobre, lo más sacrificado, pero también lo más mágico.

¿Tu madre te dió algún consejo cuando se dio cuenta de que tu decisión era firme?

Mi madre era una persona muy de verdad, y siempre me decía que todo era intuición. Pensaba que era importante que sintiese todo lo que hiciera.

¿Los nervios sobre el escenario siempre están presentes o desaparecen con la experiencia?

Creo que va por etapas. Es un trabajo donde se juega con tus emociones, entonces todo depende de en qué punto estés tú. Sin duda, la fuerza de la costumbre hace que los domines más, pero como te digo va por rachas. Hay épocas en las que te sientes más insegura y eso se traduce en más nervios. Luego, también depende de si la obra te importa más o menos… Los nervios del estreno, en cambio, son siempre igual. No concibo salir a estrenar sin ellos, es lo que más me puede gustar a mí de este mundo.

La conexión con el público

Con respecto al público…¿realmente se nota tanto cuando conectan contigo?

Completamente, es como si tuvieras un sentido más. Se nota esa vibración, de hecho hay funciones que son maravillosas porque el público te va dando y tú te vas creciendo. Sin embargo, hay otras en las que te sientes perdida porque notas que se desconectan.

Cuando has hecho una función maravillosa, sintiéndote en todo lo alto, ¿al acabar te notas eufórica o agotada?

Siempre eufórica. Tienes un subidón de adrenalina bastante espectacular, ese subidón surge gracias a la conexión con el público y el aplauso final.

Cambiando de tema, ¿recuerdas tu primer casting?

Recuerdo uno de los primeros, me quedé muy traumatizada. Era una prueba para una película, me dieron una escoba y dijeron: “Baila con ella como si fuese tu amante”. Yo era muy tímida,  aquello me pareció horroroso y me sentí muy ridícula.

“El oficio ha perdido mucho encanto, talento y camaradería”

Compañeros tuyos me han comentado que los castings no se hacen demasiado bien, y que tampoco os enteráis de todos los que salen…

Es un desastre desde que existe la figura del director de castings. Antes era mejor, te entrevistabas con el director y él era quien valoraba si le encajabas, si os entendíais… era todo mucho más normal. Ahora te hace el casting el ayudante del ayudante del director de casting, luego tienen que opinar los de la cadena de televisión, la productora… es algo que no tiene mucho sentido y no me gusta.

Creo que hay mucha gente buenísima en su casa que no trabaja porque no tienen una oportunidad. En cambio, hay otra que ves todo el tiempo y no entiendes la razón. El oficio ha perdido mucho encanto, talento y camaradería. Parece que hay que seguir un patrón, antes había actores y actrices con personalidades muy distintas.

Y además, parece que las mujeres de más de 40 no existimos…

Cierto, pero esto es a nivel internacional. En estados Unidos se quejan de ello Susan Sarandon y Meryl Streep, verdaderos figurones. No hay papeles y te ves condenada a hacer de madre, bueno, en mi caso de abuela.

¿De madre no?

No, fíjate, es curioso. Comencé a hacer de madre a los veinte. Hoy, si me llaman, es para hacer de abuela. Las que hacen de madre son mucho más jóvenes, sinceramente, creo que estamos en un momento muy equivocado.

Alejandra, tú has hecho muchas series de televisión ¿crees que ahora han evolucionado las tramas y se hacen series más maduras?

No lo veo así. Creo que técnicamente sí hemos avanzado mucho, pero en cuestión de tramas hay de todo un poco. Veo cosas un tanto irreales, como chicas de 25 años que son directoras de un hospital… ¡pero si no les ha dado tiempo ni de hacer el MIR!

“Parece que no interese tratar ciertos temas”

Es cierto que existe una especie de miedo a tratar ciertos temas ¿quizás toman por tonto al público?

No lo creo. Los que ponen el dinero suelen ser los más reticentes y se autocensuran. Parece que no interese tratar ciertos temas, y sí sumarse a las modas. Cuando se hace una serie de época se hacen cincuenta, o de policías, me da igual. Por otro lado, también parece que las series tienen que cumplir con una cuota y poner una pareja gay estereotipada ¿por qué no me hablas mejor de sus problemas reales?

Una curiosidad Alejandra, ¿qué proceso creativo realizas para conseguir llegar a tus personajes?

Fíjate, me sucede una cosa muy curiosa. Inmediatamente me doy cuenta de cuando un personaje va a ser muy mío, o lo voy voy a hacer de una manera profesional pero no llegará a tocarme.  Tras la primera lectura lo siento, porque parece que va solo. También es importante hacer mucho análisis de texto y escuchar a los compañeros, algo que es imprescindible. No es igual tu personaje con un compañero que con otro, es una cuestión de energías y emociones. Una vez que has creado internamente el personaje, lo que te da el toque total son las pruebas de vestuario, maquillaje y peluquería. Realmente es un proceso hermoso de creación.

“Me parecía imposible lo que me estaba pasando”

¿Algún personaje te ha tocado emocionalmente?

Varios, pero recuerdo de manera especial uno muy duro que hice en un momento complicado de mi vida. Cuando estrené la obra ingresaron a un familiar mío en la UCI. El personaje era una mujer maltratada, por primera vez se estrenaba en España una obra de David Lindsay-Abaire, eran cinco personajes con taras mentales de todo tipo. El mío se levantaba todos los días con amnesia, y las personas que la rodeaban intentaban ayudarla a reconstruir su vida continuamente. Algunos honestamente, otros con mentiras. Pues bien, cuando fui a la UCI mi familiar se despertó con amnesia. Me parecía imposible lo que me estaba pasando. No sabía si se trataba de un castigo…lo que estaba viviendo era horroroso. En escena, cada dato que daba un personaje, pensaba en ponerlo en práctica con mi familiar a ver si daba resultado.

Los proyectos de Alejandra Torray

Alejandra, ¿cuál es tu opinión sobre el microteatro?

Considero que puedes ver cosas muy interesantes, pero también pienso que se ha creado un negocio explotando la miseria e ilusión de los actores. Esto me parece lamentable. También se ha permitido que todo el mundo se suba a un escenario, y hay gente que no creo que se lo haya ganado. Además los ponen en igualdad de condiciones con los que llevan toda la vida actuando y necesitan hacer microteatro para salir adelante. Al final es todo un batiburrillo. En conclusión: por un lado muy bien y por otro  fatal.

Cuéntanos tus proyectos

Con respecto a la interpretación, he estado haciendo unas lecturas con Gerardo Malla y Charo Zapardiel. Queremos levantar la obra de Abril Zamora “Dos amigas que juegan solas”, ya la estamos ensayando. La va a dirigir Quino Falero, tenemos a todo el equipo artístico montado, y ahora hay que encontrar la red de distribución, algo muy lento. Por otro lado, continuo haciendo doblaje.

También estoy inmersa en el proyecto de joyería creativa MUT (http://mutmadrid.com/). Lo estamos sacando adelante Julia, María y yo, nos conocimos en la escuela de joyería. Siempre me ha tirado este mundo, porque mi abuelo era orfebre y me encantaba verle trabajar en su pequeña joyería de Barcelona. En MUT, diseñamos y creamos nosotras mismas todas las piezas, estamos muy metidas en la joyería contemporánea.

La película de Alejandra Torray es…

Pasemos a la segunda parte de la entrevista, háblanos de una película de la historia del cine que te apasione.

Verás, una que me impactó mucho fue “Buenos días, Babilonia” (1986, Paolo Taviani, Vittorio Taviani ). Después, no sé cuántas veces habré visto “ Con faldas y a lo loco”(1959, Billy Wilder) o “El halcón maltés” (1941, John Huston), soy una gran fan del cine clásico.

Dime una secuencia que te encante

La primera que me viene a la mente, es una de la película “El día de la bestia”(1995, Alex de la Iglesia), aquella del edificio Schweppes. Me dejó fascinada, y sentí que habíamos dado un gran salto en nuestro cine.

¿Eres de versión original o doblada?

Muchas veces de doblada. Soy una gran defensora del buen doblaje, parere que se ha puesto de moda estar en contra y es muy injusto. En España ha habido y hay grandes profesionales del doblaje. También te diré, que existen dobladores que mejoran muchísimo la interpretación original.

Conocer a Alejandra Torray ha supuesto para mí una doble ilusión. Admiro mucho a la gran Nuria Torray, y estar junto a su hija era como estarlo también con ella. Alejandra es una persona muy dulce, fuerte y tremendamente creativa. Además de ser una excelente actriz, crea unas joyas tan hermosas que parecen sacadas de un sueño. Necesito verla en más series, películas, obras de teatro…¿es que en España ya no se reconoce el talento con mayúsculas? Gracias Alejandra, nos vemos por los escenarios.

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.

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