Entrevistas estelares

“María Teresa y el león”, el encuentro de tres mentes brillantes

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Fotografías: Javier Mantrana

A lo largo de los siglos han existido grandes mujeres artistas, científicas, políticas… Sin embargo, la historia ha sido poco generosa con la mayoría de ellas. La sociedad se ha encargado de enviar el mensaje de que las mujeres únicamente teníamos el papel de espectadoras en la vida, tener hijos, y apoyar a nuestros grandes pensadores o guerreros. Poco a poco se ha ido descubriendo que muchas más mujeres de las que pensábamos se rebelaron, y su deseo de formar parte activa del mundo era más grande que los muros que tuvieran que saltar. Ocultar sus nombres fue una forma de no dar ideas al resto de las féminas, mantenerlas dóciles y dormidas.

Y mientras la lucha por la comenzaron a revivir las historias y logros de mujeres como Amelia Earhart, una intrépida aviadora estadounidense. La espléndida pintora italiana Sofonisba Anguissola o Rosalind Franklin, la descubridora del ADN. Ahora le toca el turno a María Teresa León, integrante de la espléndida Generación del 27. Brillante intelectual, escritora y directora de teatro, aunque principalmente es recordada por ser la esposa de Rafael Alberti. Toda una injusticia. Maria Teresa, además de ser una gran activista antifascista durante la Guerra Civil, luchó sin descanso para poder salvar las obras del Museo del Prado en el Madrid bombardeado.

En la Sala Mirador de Madrid, Susana Hornos y Carolina Román elevan la figura de María teresa León en la obra teatral “ María Teresa y el león”. Un canto de amor y admiración hacia una de las mujeres más interesantes de nuestra historia reciente. Susana escribió e interpreta el texto y Carolina lo dirige.

Carolina Román y Susana Hornos: actrices, directoras y dramaturgas

Susana, fuíste tú quien le enseñó el proyecto a Carolina ¿por qué sentiste la necesidad de escribir sobre María Teresa?

Hacía años que había leído libros sobre ella, y me resulta fascinante esta mujer. María Teresa estaba deseando volver a España tras su exilio, pero cuando regresó, no lo supo porque ya estaba enferma de Alzheimer. Entonces recordé la de veces que en “Memoria de la melancolía” ella escribió: “Cuando yo pierda la memoria”, “Cuando la memoria ya no esté”….

Su madre y su abuela murieron de esa enfermedad, y ella presentía que le sucedería lo mismo. Es una mujer que hizo mucho por la memoria colectiva. Parte desde su anécdota personal, y te abre el mundo de la provincia, del Madrid asediado…puedes respirar la guerra a través de la mujer, y de la mujer haciendo teatro. Es otra perspectiva de aquel hecho histórico, más allá del libro de historia o del político. Todo lo que te estoy contando provocó que deseara hacer algo sobre ella.

Carolina ¿te enamoraste enseguida del proyecto? ¿Ya conocías a María Teresa?

Era una gran ignorante de su figura, aunque algún libro suyo recordaba haber leído. Susana me trajo un texto precioso, con una delicadeza poética enorme, y desde un sitio tan profundo, que cuando lo lees te atrapa. Sin embargo, una vez que entré en el terreno comencé a tener resistencias con el tema de la enfermedad, porque me toca de cerca. En un principio iba apartando cosas, hasta que decidí saltarme las barreras. También quise entrar en aquello que me hería para drenar el dolor y que se convirtiera en algo productivo.

Hemos cosido hilos muy delicados en temas tan dolorosos como el hecho de que alguien que ha escrito tanto, se le vuelvan sus páginas en blanco. “Memoria de la melancolía” fue lo último que escribió estando en Roma, y con un esfuerzo titánico. De la Generación del 27 me parece una de las mujeres más potentes por novedosa, tenía mucho empuje y la elegiría como un icono de la valentía.

«Nunca me ha interesado una dramaturgia que no esté viva»

¿Cómo conseguisteis sacar la esencia de una historia tan rica como la de Maria Teresa León y plasmarla en la obra?

Susana- En mi caso, estuve durante un año recabando información y leyendo tanto biografías como otros libros. Antes de todo eso, había escuchado su famosa frase: “ Volveré a España sobre un caballo blanco y entraré por la Puerta de Alcalá”. Entonces cerraba los ojos, y la veía intentando bajar del caballo pero se caía, se resbalaba y miraba para los lados. Ese fue el fogonazo y la imagen que a mí me ayudó, porque yo escribo basándome en las imágenes que me vienen. Una vez hecho el texto, me olvidé también de que yo lo escribí, porque es la mejor manera para que en los ensayos surjan cosas y momentos. Nunca me ha interesado una dramaturgia que no esté viva.

Carolina- Susana ha estado muy generosa con su texto. El bisturí es uno, pero la materia es suya. Tanto la física como aquello que ha escrito, lo cual es tan provechoso, que el único conflicto es contar las cosas de manera que no sea repetitiva. Además, lo que desechamos lo hacemos de manera constructiva. Aquí no hay ninguna lucha de egos, porque yo me nutro mucho de ella. Además, nos dejamos sorprender la una a la otra.

Os habéis rodeado de un equipo increíble ¿me equivoco si digo que tanto la escenografía como la música son un personaje más de la obra?

S- Te diría que todo junto es el personaje, yo ahora mismo no lo concibo sin ese trabajo que ha hecho Alessio Meloni. Ese vestido con el que salgo, que es un juguete para el actor y un reto en el mejor sentido, porque vas a estar viva en escena siempre. Alessio ha hecho un vestuario absolutamente vivo.

C– Hay muchas metáforas en la escenografía, porque es la cabeza de alguien que está a pocas horas de morir de Alzheimer. El reto de esta función es estar dentro de esa cabeza. El vestido que lleva Susana pesa 30 kg y está hecho como de papeles en blanco porque en su mente, todo cuanto ha creado, se encuentra así.

Siempre digo que no sé dirigir ni escribir el teatro, porque cuando lo hago, se me viene a la cabeza el cine que es lo que más he mamado. Para mí la imagen es tan disparadora que sé exactamente la luz, música y vestuario que deseo. Lo mejor de todo es que el equipo siempre me sorprende con propuestas que jamás habría pensado.

Susana, ¿tras finalizar la función terminas agotada tanto física como psicológicamente?

Psicológicamente, no. Durante la función hay muchos momentos en los que me viene la emoción, y son difíciles. Después salgo a saludar y dejo el personaje. Es mi experiencia de vida, que en ese momento aparece. la que me toca, pero psicológicamente no me quedo enganchada.

«No quiero es que se me exija que eduque a mis hijos como si no trabajase, y que trabaje como si no tuviera hijos»

Con esta obra, además de reivindicar la figura de María Teresa León, imagino que también buscáis que el espectador reflexione…

C- Sí, mi miedo era caer en la obra pancartista, por eso hemos pulido cosas del texto. Es mil veces más rico sugerir y que el trabajo lo haga el espectador. No soporto el maniqueísmo.

Por último, ¿por qué creéis que la historia es tan injusta con las mujeres? ¿Quizás porque la escriben los hombres?

S- Yo creo que se sigue todavía en el error de que el machismo proviene sólo del hombre…y proviene también de la mujer. Es totalmente cultural. El feminismo tendría que apostar por la igualdad desde lo social, esa es la gran brecha.

C- Mira, yo quiero el mismo sueldo, reconocimiento y horas de trabajo que mis amigos, colegas y compañero de vida. Lo que no quiero es que se me exija que eduque a mis hijos como si no trabajase, y que trabaje como si no tuviera hijos. Ahí está la igualdad. Si tú no ejerces tu lucha cotidiana, doméstica diría yo, no va a haber avance posible. No odio a los hombres, los adoro, me encantan y los necesito. Igual que ellos a las mujeres.

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.

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