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Ángeles Martín: “Amo romper la cuarta pared”
Fotos: Javier Mantrana
En estos tiempos extraños, y en ocasiones un tanto grises, es un lujo encontrarse con personas luminosas que no les asusta luchar para conseguir sus sueños. Personas de la que aprendes, que te regalan claves y herramientas para enfrentar situaciones sin saberlo. Así es Ángeles Martín. Risueña, cariñosa y con una fuerte personalidad que te atrapa.
Ángeles está representando la obra “Cuidados Intensivos” en los Teatros Luchana de Madrid. Encarna a Luz, la pequeña de tres hermanas. Es un personaje tierno, inseguro y muy divertido. Le va como anillo al dedo, porque Ángeles nos muestra su facilidad para transportarse del drama a la comedia sin casi despeinarse. Tú, como espectador, disfrutas de momentos maravillosos y llenos de magia. Id a verla, y regalaos esos pequeños momentos.
«Mi padre acabó siendo el regidor de una obra que hice de los Álvarez Quintero»
Ángeles, tu vocación por la interpretación era visible desde muy pequeña…
Cierto, a los seis años le dije a mi madre que quería ser actriz de teatro. Me crié en un hostal de la calle Valverde de Madrid. Tenía cuarenta habitaciones, era un lugar privilegiado para ensayar y mostrar mis artes. Había un salón enorme, con una cortinas gigantescas que me servían de telón para mis representaciones. Cuando era niña mi público eran los huéspedes, y mi abuelo el espectador VIP.
Sin embargo, cuando decidiste dedicarte a ello al convertirte en adulta tus padres no estaban muy de acuerdo ¿verdad?
Estamos hablando de los 70 y finales de los 80. El mundo de la interpretación no era tan conocido, veníamos de la época del destape y mis padres se llevaron las manos a la cabeza, pero era por puro desconocimiento del medio.
En secreto fui a varias escuelas de interpretación, y sólo se lo confesé a mis padres cuando me aprobaron en la RESAD, donde por cierto al principio me suspendieron por no tener oído. Para poder entrar, me estuve preparando durante un año con un profesor del coro de RTVE. Me eduqué el oído, y cuando volví a la RESAD a hacer la prueba, me saqué un notable. Después, terminé la carrera con matrícula de honor.

Imagino que una vez que desvelate el secreto, todo sería más fácil en tu casa.
Sí, además cuando hacíamos pequeñas representaciones en la escuela pedía que mis padres pudiesen verlo y así ir descubriendo cómo era este mundo. Normalmente sólo podían asistir profesores y alumnos, pero a mí me lo permitieron. Al final, cuando estaba en cuarto, mi padre acabó siendo el regidor de una obra que hice de los Álvarez Quintero.
«El mundo teatral es absolutamente mágico, y en ocasiones está reñido con la razón»
¿En qué momento te dijiste a ti misma que ya habías conseguido ser actriz?
Bueno, siempre he pensado que esta profesión es una carrera de fondo. Soy muy cursillista, porque me gusta estar muy preparada, reciclarme e innovar. Creo que nunca me he dicho esta frase, pero sí me he dado cuenta cuando llevaba mucho tiempo en la profesión, que se estaba cumpliendo mi sueño.
Sí recuerdo, que cuando conseguí hueco en el teatro sustituyendo a Carmen Conesa en los “Padres terribles”, iba un día en el taxi de camino a hacer la función y sentí una emoción grandísima al ver mi nombre en el cartel del Teatro Alcázar. Era un cartel enorme y brillante, donde además de mi nombre estaba el de grandes figuras del teatro, entonces le dije al taxista: “Señor, esa de ahí soy yo”. Cada vez que me veo en un cartel me emociono y siento una gran satisfacción. Es como la recompensa tras el trabajo bien hecho en los ensayos.
Ángeles, tienes una carrera teatral impresionante ¿los nervios no se pasan con los años y la experiencia antes de salir a escena?
En mi caso, nunca he sentido nervios como tal. Sí me preocupa que todo salga bien, pero nada más. Mis profesores me han transmitido la seguridad en el ensayo. Soy una mujer que trabaja muchísimo en ellos, y salir a escena se convierte en la llegada al momento merecido. Siempre me subo muy contenta al escenario.
En mi caso, creo que estar un tiempo sin que sonara mi teléfono ha sido muy bueno. Toqué fondo, y volví a darme impulso montando una función para una sala alternativa. Eso me ha dado mucha seguridad. No te quedas en casa, sino que creas tu propio trabajo.
Tengo muy buenos amigos que escriben y dirigen, y hace cinco años monté con Beatriz Bergamín “No hay papel”. Seguimos haciéndola, compaginándola con otras cosas. Es teatro social, muy auténtico, donde en un momento dado paramos la dramaturgia y empezamos a hablar con el público.
¿En el teatro es dónde un actor realiza su trabajo más auténtico?
Bueno, también la cámara te lo pilla todo, pero sí es cierto que lo que más me gusta es el vivo y en directo. El aquí, y el ahora. Me apasiona depender de tus emociones y estado anímico. El mundo teatral es absolutamente mágico, y en ocasiones está reñido con la razón. Hay veces que estás tan metida en ti, que incluso te distancias de lo que sucede en el público. También te digo que amo romper la cuarta pared, algo que sucede tanto en “Cuidados intensivos” como en “No hay papel”.
«Cuidados intensivos» me llegó porque falló una actriz»
Una curiosidad, ¿algún personaje te ha llegado a tocar emocionalmente?
Sí, Nora de “Casa de muñecas”. Era muy joven cuando lo interpreté y me tocó muchísimo. A partir de entonces cambió mucho mi manera de pensar, de ser y de contribuir en la sociedad como mujer.
¿Cómo llegó a tus manos el proyecto de “Cuidados intensivos”?
Me llegó porque falló un actriz. Son tres amigas que suelen trabajar juntas, pero en esta ocasión una de ellas no podía. La productora Rosa Fernández pensó en mí, me hicieron una entrevista en la que vieron que poseía la vis cómica de Luz, el papel que represento, y conectamos muy bien.
Se podría decir que fue un golpe de suerte…
Sin duda. Cuando te llaman grupos nuevos para trabajar con ellos, conoces gente que en otro momento te puede contratar porque el boca oreja siempre funciona. Para “Hablar por hablar”, me llamó de pronto Fernando Sánchez Cabezudo, el cual me desconocía, y no estaba muy convencido de mi participación en la obra. Ahora nos queremos mucho y quedó encantado de mi interpretación, de hecho recibí el premio de Unión de Actores.
Vi “Cuidados intensivos”, y me encantó ¿hasta cuándo estaréis en los Teatros Luchana de Madrid?
Seguramente hasta Navidades. Después empezaremos una gira, y volveremos de nuevo a Madrid. Nos queda un largo camino. Cuando una producción va bien, como mínimo hablamos de un año u año y medio de compromiso con ella.

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.
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