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Entrevistas estelares

Begoña Isbert: “Mi primer contrato como actriz lo firmé en la Calle José Isbert”

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Fotografías: Cortesía Begoña Isbert

Esta entrevista tenía que haber salido el mes pasado. La situación que estamos viviendo, más mi nostalgia a la hora de enfrentarme a las grabaciones de mis últimas entrevistas, ha hecho que se retrase tanto. Es muy triste escuchar lo ajenas que estábamos a todo lo que íbamos a vivir en semanas, pero hay que continuar caminando aunque duelan los pies.

Recuerdo el día que entrevisté a Begoña como uno de los más luminosos del invierno. La Plaza de Ópera estaba llena de gente caminando de un lado a otro, o sentada tomando el sol. Nosotras nos citamos en el Café del Real, mítico en la zona y muy tranquilo para charlar por las mañanas. Begoña tiene la mirada y sonrisa Isbert, o al menos así me lo parece. Su voz es potente, bella, perfectamente modulada. Me comenta que nació con ella así, que no ha hecho nada especial para proyectarla tan divinamente. Y es que los genes son los genes.

Un sueño revelador…

Con ese apellido, era casi obligado convertirse en actriz…

No te creas, los primeros veinte años de mi vida los dediqué a ser bailarina. Lo de ser actriz no me convencía, hasta que una lesión irreversible me obligó a dejar la danza. Una noche, y esto va a sonar raro, soñé con mi bisabuelo José Isbert diciéndome que como artista tenía que tener el espíritu abierto a cualquier manifestación del arte. A la mañana siguiente me fui a la Escuela de Teatro Réplica, y hasta hoy. De esto hace veintidós años.

¿Se podría decir que encontraste tu verdadero lugar?

Totalmente. Fíjate, cuando salía a un escenario a bailar me moría de nervios, y sin embargo, desde que soy actriz siempre me he sentido tranquila y cómoda.

¿En qué momento te dijiste a ti misma: “Ya soy actriz”?

Es algo que nunca me he dicho con la boca grande, porque me merece mucho respeto. Yo no paro de estudiar y continuar formándome siempre que puedo. Posiblemente pensé en mí como actriz, aunque diciéndomelo con la boca pequeña, la primera vez que trabajé y me pagaron. Además, es muy curioso porque firmé mi primer contrato en la Calle José Isbert. Para mí fue como entrar por la puerta grande a nivel emocional, sentí una gran tranquilidad porque supe que el yeye, como le llamamos nosotros, estaba conmigo.

Empiezo a pensar que tu vida está llena de señales mágicas…

¡Sí! No sabes hasta qué punto. Por ejemplo, a mí la película “Grease” (1978,Kleiser) me marcó mucho cuando la vi de pequeña, y el primer musical que hice fue precisamente ese. Después, cuando fui a México a trabajar, también fue el primer musical que me ofrecieron para dirigir. Hay que saber escuchar y ver las señales.

” No hay una función igual a otra, aunque te lo propusieras no lo harías”

Begoña, ¿entiendes que haya actores que no se quieran enfrentar a las tablas de un escenario?

Entiendo a eso actores, porque entiendo al ser humano con sus miedos y preferencias. No juzgo a nadie. Para mí, el teatro es diversión. Y también es un gran placer tener al público delante, escuchar sus risas o suspiros…

José Luis García Pérez me dijo: “El teatro no es repetición, si no evolución”. ¿Estás de acuerdo con él?

Sí. No hay una función igual a otra, aunque te lo propusieras no lo harías. Somos seres humanos, jugamos con nuestro cuerpo y emociones, por lo tanto conforme te levantes cada día harás tu función. Igual en una misma escena, un día te da por reír como otro por llorar.

Begoña, tú también has hecho mucha televisión, ¿debido a la inmediatez del medio, los actores vais por delante de los guionistas en lo que se refiere a vuestros personajes?

Es necesario hacerlo. Date cuenta que te suelen dar los capítulos de cinco en cinco. En el caso de “Acacias”, te los dan en bloque y entonces te haces una idea importante sobre cómo es tu personaje.

¿Cómo llegó a tu vida el personaje de “Acacias”, Margarita Carrión?

El año pasado decidí volver a México en verano, porque aquí se suele parar todo, pero antes me habían hecho un casting para un personaje fijo de “El secreto de Puente Viejo”. Me fui con la promesa de volver inmediatamente si conseguía el papel. A las dos semanas me llamaron para decirme que no era mío, pero dos días después, me encontré el móvil lleno de llamadas perdidas. Me ofrecían el papel de Margarita, que aunque no era fijo, era largo y con una trama muy interesante. Volví a España en agosto.

Trabajar en México

Hablando de México, estuviste seis años trabajando allí ¿por qué decidiste marcharte?

Decidí irme a probar suerte con una mano delante y otra detrás. Se suponía que la amiga de una amiga me vendría a recoger al aeropuerto, pero allí no apareció nadie. Así que me fuí a un hotel, y los dos días siguientes me dediqué a buscar casa hasta que la encontré. 

Una vez instalada me presenté a todos mis vecinos, uno de ellos era del mundillo y me orientó un poco sobre qué hacer. Me aconsejó probar en Televisa, lo hice y me contrataron. 

Además, cogí muy pronto el acento, así podía optar a cualquier tipo de papel y no solo de española. Tuve años duros, pero los dos primeros no paré de trabajar.

¿Es muy diferente al nuestro su método de trabajo?

Es una locura, porque allí trabajan con pinganillo o chícharo como le llaman ellos. Se graban entre 25 o 30 secuencias diarias, y a través del pinganillo te dicen tu texto y el de tu compañero de secuencia. Te hablan mientras hablas, a mí me resultaba muy complicado y no puedes darle un alma al personaje.

Una de las veces lo apagué, y claro, me echaron una bronca tremenda porque también el director te va dando indicaciones sobre cómo comportarse en la secuencia, y se dieron cuenta de que no las seguía. la verdad, admiro mucho a los actores de telenovelas que brillan.

¿Por qué decidiste volver?

México es un país estupendo y precioso, que me abrió las puertas sin yo ser nadie y eso jamás lo olvidaré, pero yo soy muy familiar y tantos años separada de mi gente fue tremendamente duro. Necesitaba estar cerca de los míos. Y a nivel laboral seguía con la espinita de hacer algún personaje chulo en mi tierra. Me encantaría trabajar en ambos países, y seguir disfrutando de mi familia mexicana a la que adoro

Cambiemos totalmente de tema. Begoña, ¿cuál es el proceso creativo que utilizas hasta llegar al personaje tal y cómo nos lo quieres mostrar?

Yo trabajo mucho con los eneatipos, me suelo preparar con una coach llamada Carmen Rico. Ella trabaja las microemociones con los eneatipos, y a mí me resulta fantástico.  En cuanto localizas el eneatipo del personaje, ya sabes cómo camina, cómo se viste, qué siente… Es una herramienta muy inmediata que a mí me funciona estupendamente.

Preguntas confinadas…

¿Qué estás haciendo para llevar mejor el confinamiento?

Ejercicio todos los días. El templo shaolin donde entreno kung fu, se ha adaptado a esta situación y entrenamos online con la app zoom. También estoy viendo muchas series y cine. Acabo de ver “La otra mirada”, me ha encantado, y la última temporada de “la casa de papel”. Estoy estudiando inglés, y haciendo un curso de redes sociales y emprendimiento.

¡Hablo con mi familia más que nunca! Y bueno, intentando no aburrirme mucho, pero con tanta cosa, ¡es difícil aburrirse!

¿Crees que nuestra sociedad realmente cambiará después de esto?

Creo que, desgraciadamente, nos va a costar mucho volver a abrazarnos y besarnos como lo hacíamos antes y eso me parece terrible. Pero también creo que está habiendo un cambio de conciencia muy positivo, donde ya no nos miramos el ombligo como individuos aislados, sino que estamos aprendiendo que todos somos uno y que la única manera de avanzar en todos los aspectos es desde la unión y el respeto conjunto. Como decía Lope de Vega: “Todos a una fuente ovejuna”.

Antes de…

Antes de que estallara toda la terrible situación que estamos viviendo, Begoña tenía el proyecto de salir de gira con una obra escrita y producida por ella, se llama “Entre mujeres”. La actriz tiene su propia compañía, si entrais en https://www.amiraproducciones.com/ podréis conocer todo su trabajo. Es teatro comprometido, hecho por mujeres, y con el deseo de remover conciencias para fomentar la igualdad y luchar contra la violencia de género. Pronto, más de lo que pensamos, se estabilizará la situación y podramos seguir disfrutando del talento de Begoña Isbert.

Abrazos cariñosos y salud para todos.

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.

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