Entrevistas estelares

Diana Washington Valdez: “Me preocupaba que se borrara la memoria de las víctimas”

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Siempre he sentido una gran admiración por los periodistas capaces de jugarse el pellejo por contar la verdad. Pienso que están hechos de otra pasta. Una que escasea, y que habría que proteger por todo lo que aportan a la sociedad. Diana Washington Valdez es una de ellas. Investigando los terribles feminicidios que suceden en Ciudad Juárez se ha dejado el alma, y también parte de su libertad cuando empezó a ser amenazada. No ha sido fácil, pero sentía que era lo único que podía hacer para que las víctimas no fuesen olvidadas. Fue su manera de ayudar a las familias de las mujeres que, hasta día de hoy, fueron impunemente asesinadas y abandonadas en el desierto como si de material desechable se tratara.

«Nunca me engañé pensando que con un libro lo iba a parar todo»

Diana, ¿alguna vez ha recibido serias amenazas para que abandonase una de sus investigaciones?

Desde el principio de mi carrera he recibido críticas fuertes. En una ocasión, incluso un alcalde quiso que me despidieran del periódico. Cuando he tenido amenazas, nunca les he dado importancia porque me enfocaba en la tarea que estaba llevando a cabo en esse momento. Considero que son parte de mi trabajo.

¿Nunca temió por su vida?

Sí, un par de veces. En esas dos ocasiones decidí parar y pensar bien si valía la pena seguir adelante con la investigación. Soy como cualquier persona, y sentí miedo. Después de meditarlo, llegué a la conclusión de que siempre merecía la pena seguir adelante.

¿Por qué decidió meterse tan a fondo en los feminicidios de Ciudad Juárez?

Las familias de las víctimas no tenían respuestas ni justicia. Tuve la sensación de que tal vez nunca las tendrían, así que me pregunté qué podía hacer como periodista para ayudar. Y lo que cualquier periodista puede hacer es contar la historia. Sacar toda la información que exista y publicarla.

Lo que más me preocupaba era que se borrara la memoria de las víctimas, que se diera carpetazo a todo lo que estaba sucediendo. Nunca me engañé pensando que con un libro lo iba a parar todo y mandar a los culpables a la cárcel. Es completamente imposible mientras los sospechosos continuen con vida.

«Las maquiladoras se responsabilizan de sus trabajadoras mientras están en el recinto, saliendo de allí se lavan las manos»

En su libro “Cosecha de mujeres”, publicó una lista de funcionarios y policías que supuestamente entorpecían las investigaciones o eran sospechosos de estar involucrados, ¿hubo las reacciones que usted esperaba?

Lo que me sorprendió, es que hubiese reacciones sobre el contenido del libro antes de publicarlo. Fueron intimidadas personas relacionadas con su publicación. Te hablo de las editoriales tanto de México como de España. Incluso ciertas personas me pidieron que no las mencionase en el libro ni para darles las gracias. Las editoriales estadounidenses también me comunicaron en un momento dado su temor a publicar el libro. Les preocupaba que pudieran poner una bomba en las oficinas.  

Diana Washington Valdez
FOTO:PABLO NOSTI

Tras la entrada en vigor  del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, las maquiladoras se multiplicaron y el trabajo también. Aunque las condiciones laborales eran precarias, muchas familias se trasladaron a Ciudad Juárez en busca de un futuro mejor. Las mujeres eran las preferidas para los trabajos en las fábricas, ¿esto contribuyó a que los asesinos pusieran su foco en ellas?

Ese es un factor importante. Hasta la fecha a las maquiladoras se las trata como vacas sagradas, y tanto el narcotráfico como los feminicidios ocurren a su alrededor. A las fábricas no les sucede nada, porque si se meten con ellas se marcharían de Ciudad Juárez. 

Como bien dices el tratado entró en vigor en 1994, pero ya se sabían algunos de los detalles del contenido. Además, se produjeron una serie de cambios estructurales en el narcotráfico de Ciudad Juárez. 

Esos dos factores hicieron que se crease una cobija de impunidad para los asesinos. Ya fueran narcotraficantes, pandilleros, hombres prominentes y asesinos en serie. Todos se podían ocultar y proteger bajo esa cobija estructural del empresario y el narcotráfico, que a veces, es la misma cosa.

Muchas de las mujeres son raptadas cuando van o vienen de sus trabajos a las maquiladoras, ¿no se ha creado ningún protocolo por parte de estas fábricas o de las autoridades para protegerlas en los trayectos?

Lo que rige en Ciudad Juárez, y ahora en todo México, es el crimen organizado. Las maquiladoras se responsabilizan de sus trabajadoras mientras están en el recinto, saliendo de allí se lavan las manos. Esta responsabilidad corresponde a las autoridades, pero la policía se ha corrompido y trabaja principalmente para el narcotráfico. También ha habido, y hay, policías honestos en todos los niveles que han querido ayudar creando programas de protección o realizando investigaciones reales. El problema es que los paran, los despiden o los callan.

«Tanto el FBI como la policía de El Paso, siempre han tendido la mano para intentar resolver los casos»

¿Las condenas de Shariff,  Víctor García Uribe alias «El Cerillo» y Gustavo González Meza alias «La Foca», fue una respuesta a la presión internacional?

Así es. En cuanto comenzaron a entrar organizaciones, grupos de derechos humanos, congresistas federales e incluso artistas, las autoridades se vieron obligadas a hacer algo. Lo malo es que cometieron otra injusticia al acusar a personas que nada tenían que ver con los feminicidios.

¿Cómo se consiguió que el FBI investigase los casos de Ciudad Juárez e incluso crease perfiles?

 Francisco Barrios, el gobernador de Chihuahua, quería hacer algo y se le ocurrió que el famoso perfilador del FBI Robert Resler fuese a darles una asesoría. Resler capacitó a muchos agentes del FBI sobre cómo investigar a los asesinos en serie, fue él quien inventó el término. Así fue la llegada del FBI.

Tanto el FBI como la policía de El Paso, siempre han tendido la mano para intentar resolver los casos. En otra ocasión la academia del FBI mandó a tres perfiladores, los cuales realizaron un trabajo inicial. Sin embargo, todo fue un desastre porque la policía de México no hizo un seguimiento de ese trabajo.

Las autoridades de Chihuahua trataron de usar esa ayuda para que los perfiladores dieran el visto bueno a su investigación sobre Shariff. El FBI, simplemente dijo que era una teoría nueva pero que no la hicieran pública. Sin embargo, las autoridades sacaron un boletín, que dieron a todos los medios, donde se decía que la agencia estadounidense estaba de acuerdo con ellos sobre Shariff.

Al menos se consiguió saber que existen dos o más asesinos en serie, y que el narcotráfico rapta mujeres para orgías y sacrificios… ¿qué se hizo con esta información?

Cuando llega Fox a la presidencia, nos encontramos con otro gobernador y administración en Chihuahua. El mando comisionado encargado de estos asuntos, dictaminaron que había que enfatizar que todo era debido a la violencia intrafamiliar. Así decidieron dejar el asunto.

«Las familias terminan realizando sus propias investigaciones»

¿Es posible que algunas mujeres sean raptadas en Ciudad Juárez, pasen la frontera y después sea devuelto su cadáver?

Sí, eso ha pasado. Entre las cinco vías de investigación que desarrollé en mi libro, una es la de los imitadores o copycat. En Nuevo México, hubo un hombre hispano que asesinó a una mujer hispana. Atravesó la frontera a Ciudad Juárez con el cadáver en su camioneta, ¿cómo es posible que pudiese hacer algo semejante? Este  criminal, tiró el cuerpo en una calle y le prendió fuego. Pretendía aparentar que era un feminicidio más de Ciudad Juárez. Por suerte, la investigación estadounidense fue muy buena y lograron detenerle.

La facilidad con la que se atraviesa la frontera, también es aprovechada por el narcotráfico, no solo para pasar droga, sino personas relacionadas con su mundo que son secuestradas y llevadas a Ciudad Juárez para asesinarlas.

Diana, ¿quién escucha y ayuda a las víctimas?

Principalmente las organizaciones de derechos humanos. Ayudan a llamar la atención sobre los casos, pero obviamente no tienen poder judicial ni policial. Las familias terminan realizando sus propias investigaciones, esto hace que sean amenazados tanto por los sospechosos que son investigados como por policías.

«Algún día se sabrá todo, y no se saldrán con la suya»

¿Se podría decir que el 90% de la policía mexicana es corrupta?

Lamentable creo que tienes razón. La policía tiene sus manos atadas, y cuando es así no pueden hacer el trabajo que les corresponde que es proteger a la comunidad y encarcelar a los criminales.

¿Tiene la esperanza de que alguna vez paguen los verdaderos culpables de los asesinatos de Ciudad Juárez?

Creo que algunos de ellos, los que pertenecen al crimen organizado de más bajo nivel, ya han fallecido porque se matan entre ellos. De vez en cuando existen estas limpias y se deshacen de ciertos sicarios de menor importancia. Los que tienen más poder, ya sean narcos o empresarios, seguirán haciendo lo que quieran hasta que mueran. En Ciudad Juárez y México tiene que pasar una generación, mínimo, para terminar con el grado de corrupción que existe ahora.

¿Vale la pena todo lo que usted ha sufrido para sacar a la luz sus investigaciones?

Claro que sí. Cumplí mis propósitos, que eran sacar a la luz todos los detalles que conocía y no permitir el carpetazo. Yo creo en la justicia divina, ella se va a encargar de lo que no podemos hacer nosotros aquí. Algún día todo se sabrá, y no se saldrán con la suya. Pensar en esto me motiva para seguir adelante. Soy una mujer realista, pero a la vez mantengo la esperanza.

Diana Washington Valdez
Foto: The Weekend

Si deseáis conocer mejor lo que está sucediendo en Ciudad Juárez, id a leer el reportaje que escribí hace una semanas en https://www.micinexin.net/2021/02/18/ciudad-juarez-al-limite/

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.

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