
Soy leyenda...
Gene Tierney: Éxito y tragedia
Gene Tierney fue una niña muy cuidada y mimada. Su familia era adinerada, y se preocuparon de que tuviera una educación exquisita. Acudió a las mejores escuelas, incluída una academia en Suiza. El padre apoyó a su niña cuando le confesó que deseaba ser actriz. Vivían en Nueva York, así que el señor Tierney no dudó en pagarle clases de interpretación y después promocionarla en Broadway. Gene, enseguida llamó la atención por su rostro de facciones perfectas y por su talento. Tras verla triunfar en el teatro, la Twentieth Century Fox decidió contratarla. Entró por la puerta grande en el cine, ya que desde la primera película tuvo papeles protagonistas. Además, consiguió cobrar cinco veces más que el resto de las actrices que empezaban con la Fox.

En 1943, estalló una epidemia de rubéola en los Estados Unidos. Así que la población tuvo que ser confinada…¿nos suena verdad? Gene entonces contaba con 22 años y su vida no podía marchar mejor. El público la adoraba, y además estaba felizmente casada con el diseñador de vestuario Oleg Cassini. Durante la epidemia, Gene solo salía por motivos de trabajo. Esto incluía algunos encuentros con sus fans. En uno de ellos, tuvo la mala suerte de que le diera un par de besos una mujer que se había saltado la cuarentena. Lamentablemente, la fan había contraído la rubéola y se la contagió. Nadie lo sabía, pero en ese momento la actriz estaba embarazada de cuatro meses.
Gene Tierney pasó la enfermedad sin problemas, pero su bebé sí sufrió los estragos de la rubéola. Dio a luz a una niña sorda y parcialmente ciega. Además, mentalmente siempre sería como un bebé de dos años. Por culpa de aquella fan estúpida, su hija había nacido con muchas dolencias y a ella le había destrozado la vida.

A partir de entonces, Gene vivió un infierno emocional. Cayó en una profunda depresión de la cual nunca consiguió salir del todo. Tuvo una hija más, esta vez sin ningún problema de salud. No fue suficiente para que Gene volviese a tener las mismas ganas de vivir. El matrimonio terminó divorciándose, y la actriz vivió diferentes romances que no hicieron más que agravar su delicado estado de salud mental. Sin embargo, continuó trabajando incansablemente durante los años 40 y la mitad de los 50. En 1957, intentó quitarse la vida y tuvo que ser ingresada en una clínica psiquiátrica. Recordemos que en aquella época el electroshock era la terapia estrella.
Se había retirado del cine, pero sus buenos amigos Henry Fonda y Otto Preminger insistieron que trabajase en la película “Tempestad sobre Washington” en 1962. Dos años después abandonó definitivamente el séptimo arte. En 1961 se casó con el ricachón texano Howard Lee, ex-marido de Hedy Lamarr. Vivieron un buen matrimonio, donde Gene volvió a sentirse emocionalmente estable. Él la dejò viuda en 1981, y ella se reunió con él en 1991. Tenía 70 años.
Gene Tierney fue, y es, uno de los grandes símbolos de la época dorada de Hollywood. Una mujer que lo tenía todo, hasta que una persona irresponsable le destrozó la vida con dos besos.

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.
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