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Reportajes y artículos

La hija momificada del doctor Velasco

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Gracias al doctor Velasco, en Madrid podemos disfrutar del Museo Nacional de Antropología. En un principio era únicamente la vivienda del doctor, pero poco a poco la fue llenando de objetos raros, huesos curiosos, extrañas criaturas humanas en formol, esqueletos gigantes…finalmente, decidió que todo aquello fuese visitado por el público y en el año 1875 inauguró su pequeño museo junto al rey Alfonso XII. Con el paso de las décadas se convertiría en el museo que hoy conocemos y animamos a todos a visitar.

El doctor, era un gran cirujano que dedicó la mayor parte de su vida a diseccionar aquí y allá con el objetivo de investigar más profundamente las deformidades y enfermedades de sus semejantes. Gracias a sus concienzudos estudios pudo encontrar remedios y la manera de aliviar ciertos males de la época. Siempre fue un hombre de gran prestigio y bien considerado dentro de la profesión.

El doctor Velasco
El doctor Pedro González Velasco, conocido popularmente por su segundo apellido.

La muerte de Concha

El doctor y su esposa Engracia tenían una única hija llamada Concha. La niña era la alegría de la casa, y su padre la mimaba especialmente. Lamentablemente, Concha murió con tan solo quince años. La culpa la tuvieron unas fiebres tifoideas. Velasco llamó a uno de los mejores médicos de Madrid para atender a su hija, el doctor Benavente (padre de don Jacinto Benavente), sin embargo la muchacha no respondió positivamente al tratamiento. Hay fuentes que indican que Velasco decidió aplicarle un tratamiento por su cuenta a pesar de que Benavente se lo desaconsejase, y fue aquello lo que acabó con la vida de la muchacha en 1864.

El doctor Velasco se hundió completamente y no consiguió superar nunca la muerte de su pequeña. Él mismo la embalsamó, y fue enterrada en el cementerio de San Isidro de Madrid. Años después, dentro de su casa-museo construyó una capilla pensando en traer allí los restos de su hija. Cosa que a su esposa no le hacía demasiada gracia, pero no tuvo más remedio que claudicar. En 1875, tras inaugurar el pequeño museo, decidió definitivamente exhumar los restos de Concha y llevarlos a su mansión. Y es aquí cuando la leyenda y la realidad se confunden.

La leyenda urbana sobre Velasco y la momia de Concha

Según cuenta la leyenda, cuando se abrió el ataúd Concha lucía fresca y sin ningún signo de descomposición. Además, el cuerpo se mostraba flexible, con lo cual era fácil moverlo sin que ocurriera una catástrofe. Parece ser que el doctor la llevó a su casa donde la maquilló y vistió con un vestido de novia, ya que poco antes de morir la muchacha se había comprometido para casarse. La expuso en la capilla, dentro de un ataúd de cristal como si fuera Blancanieves.

La leyenda fue más allá, y hubo quién dijo que Velasco sentaba a la mesa una vez por semana el cadáver de su hija para compartir una cena juntos. Incluso se llegó a decir que por las noches paseaba por las calles de Madrid en una carroza junto al cuerpo inerte de su hija elegantemente vestido. Una historia absolutamente terrorífica y un tanto alejada de la realidad…pero solo un poco…

¿Qué ocurrió realmente con el cuerpo de Concha?

Cuando se exhumaron los restos de la muchacha, no lucían bellos y esplendorosos. A pesar de estar embalsamados, el paso del tiempo había hecho su terrible labor en Concha. Aún así, sí parece cierto que Velasco la acicalase para que presentase un aspecto más vivaz. También parece real que la vistiese con un vestido blanco de raso, pero en absoluto era de novia.

Según el historiador Luis Ángel Gómez, gran estudioso de la figura del doctor, Velasco sí se acercaba cada día a la capilla para visitar a su hija pero jamás la sentó a cenar ni la sacó de paseo en carroza. Aquello parece más del imaginario popular que una realidad. Aún así, resulta bastante siniestro convivir con los restos de tu hija en una urna de cristal. Si bien es cierto que en el siglo XIX no eran tan terrible exponer los cuerpos de los seres queridos fallecidos, tal y como apunta el propio Luis Ángel Gómez en una entrevista en El País.

En 1882, falleció el doctor Velasco y fue embalsamado por sus estudiantes. Permaneció expuesto durante un par de días en una de las salas del museo y finalmente fue sepultado en la capilla de la mansión. Su esposa Engracia aprovechó para enterrar a la niña en campo santo tal y como mandaba la Santa Madre Iglesia. Además, sufrió lo indecible con el cadáver de Concha a la vista día tras día. En 1946, tras las primeras obras de remodelación que se iniciaron en el actual Museo Nacional de Antropología, el cuerpo del doctor Velasco fue trasladado al cementerio de San Isidro, y en 1965 sería definitivamente sepultado en el nicho familiar junto a su esposa y su amadísima Concha.

Museo de Antropología de Madrid
Actual Museo de Antropología de Madrid, antigua mansión del doctor Velasco.

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.

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