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Soy leyenda...

Janet Leigh, la chica más glamurosa de Hollywood

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Janet Leigh nació un caluroso mes de julio de 1927 en Merced (California). Era la única hija de un matrimonio muy humilde que se las vio y deseó para salir adelante en plena depresión económica mundial. La pequeña Janet, quien en realidad se llamaba Jeanette Helen Morrison, era una preciosa niña a la que le encantaba estudiar. Aquellos inmensos ojos azules y rasgos delicados eran herencia de las raíces danesas de la familia materna y alemana de la paterna. Janet nunca había pensado en ser actriz, su andadura en Hollywood fue posible gracias a la mítica Norma Shearer.

Norma, estaba de vacaciones en un resort de esquí en el que trabajaban los padres de Janet. Allí, en el hall, vio la fotografía de una jovencísima Janet luciendo unos flamantes esquíes y quedó prendada de su sonrisa. Shearer se llevó la fotografía a Los Ángeles y se la mostró a su marido, el cazatalentos Lew Wasserman. Rápidamente se pusieron en contacto con Janet para que acudiera a la fábrica de sueños a comenzar el suyo. Wasserman negoció un buen contrato para la futura actriz, y Norma le consiguió pruebas de cámara con la artista Selena Royle. Sus padrinos artísticos eran inmejorables.

Janet Leigh
Mandatory Credit: Photo by Kobal/Shutterstock (5869175b) Janet Leigh (c1949) Portrait.

Los inicios de Janet Leigh

Durante un tiempo estuvo recibiendo clases de arte dramático, y tras a aparecer en algunos seriales radiofónicos, se estrenó como actriz en 1947 con la película “La hora del olvido”. La película estaba dirigida por Rowland e interpretada por Van Johnson, Thomas Mitchell y Selena Royle. No pudo comenzar con mejores compañeros de reparto para debutar en el séptimo arte. En breve, Janet se convertiría en uno de los rostros favoritos del público y en 1948 sería elegida como la chica más glamurosa de Hollywood.

En la década de los 50 Janet no paró de trabajar. Intervino en importantes éxitos de crítica y público como “Mujercitas” (1949, LeRoy), “La dinastía de los Forsyte” (1949, Bennett) , “Scaramouche” (1952, Sidney), “Colorado Jim” (1953, Mann) o “Sed de mal” (1958, Welles). También protagonizó filmes como “El gran Houdini” (1953, Marshall) y “Los vikingos” (1958, Fleischer) junto a su tercer marido, Tony Curtis. Los años 60 los estrenaría con la magistral “Psicosis” de Hitchcock. No era fácil en aquella época que una actriz de la talla de Janet aceptase interpretar un personaje que moría al principio. Sin embargo, eso fue justamente lo que le atrajo, y también, como no, trabajar con el mago del suspense. Los cinéfilos ya sabéis que aquella decisión fue todo un acierto. Muchos de nosotros aún nos duchamos con cierto temor cuando estamos solos en casa…

Janet Leigh

Leigh, consiguió el Globo de Oro por su interpretación de Marion Crane y se quedó a las puertas del Oscar. Rodó algunas películas más, pero tras meditarlo mucho decidió tomarse tres años sabáticos para dedicarse más tiempo al cuidado de sus hijas. Después volvió con “Harper” (1966, Smight) y “Esclavos del pecado” (1966, Sargent). Tras estos filmes, la crítica no volvería a estar a su favor en prácticamente ninguno de sus trabajos.

El declive

A partir de los años 70 llegaría el declive para la actriz. Trabajó principalmente en telefilmes y programas de televisión como el de Bob Hope. También se dejó ver en algún capítulo de series importantes de la época. Decidió probar suerte en el teatro, pero el público le dio la espalda y no continuó por ese camino. Con el paso de los años sus apariciones fueron más escasas, pero en ningún caso dejó de hacer cine y televisión. Quiso intentarlo como escritora, y la verdad es que le fue bastante bien publicando libros sobre su experiencia personal en Hollywood y con alguna novela de ficción. Trabajó en un par de películas junto a su hija Jamie Lee Curtis : “La niebla” y “Halloween: H20. Veinte años después”, ambas de Carpenter. La actriz murió en el 2004 a los setenta y siete años de edad. En el 2005 se estrenó la última película que rodó: “Las chicas malas del valle”, de Kretchmer.

Janet Leigh

Los amores de Janet

Janet se casó un total de cuatro veces. Su matrimonio más mediático fue con Tony Curtis. Él era guapísimo, pero poco inclinado a la vida familiar y a ser fiel. Ambos tuvieron dos hijas: Kelly y Jamie Lee Curtis, también actrices. La unión se mantuvo en pie desde 1951 hasta 1961, año en el que Curtis dijo que quería volver a ser libre. Firmaron el divorcio en Ciudad Juárez, y al día siguiente la actriz contrajo matrimonio con el bróker Robert Brandt, su relación más duradera que sólo terminó con la muerte de ella. Brandt, se convirtió en un auténtico padre para las niñas de Janet. Tony siempre fue una figura paterna ausente.

Con respecto a su papel como madre, hace unos años Jamie Lee se pronunció al respecto. Dijo públicamente que Janet se había ocupado a la perfección de todas sus necesidades básica, pero que siempre echó de menos una intimidad y amor más profundo entre ambas. Jamie lo achacó a problemas generacionales y maneras diferentes de comprender la maternidad. Al final, terminó considerando a sus padres como unos buenos amigos suyos que, siendo como eran, hicieron lo que pudieron.

Janet Leigh con su familia
Tony Curtis and Janet Leigh pose with their children Kelly Curtis and Jamie Lee Curtis in 1959 in the United States. (Photo by GAB Archive/Redferns)

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.

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