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Pilar Prades, la criada asesina
Pilar Prades nació en un pueblecito de Castellón llamado Bejís. Corría el año 1928, España era un país principalmente agrícola y un tanto empobrecido a pesar de estar viviendo una cierta euforia económica. Pilar creció en una familia muy pobre. Nunca pudo estudiar, apenas sabía leer y las cuatro reglas. Con doce años se marchó a Valencia a servir. Le costaba mucho permaneces largas temporadas en las casas porque tenía un carácter un tanto antipático que acababa por cansar a sus patrones.
Así fueron transcurriendo los años. De hogar en hogar sin poder crear el suyo. La mujer, además de tener mal carácter no era demasiado bonita por lo que le costaba mucho tener pretendientes. Poco a poco la idea de tener su propia casa se fue apoderando de ella hasta convertirse en una obsesión. A mediados de los cincuenta consiguió empleo en la casa de los charcuteros Adela Pascual y Enrique Vilanova. Pilar, además de ocuparse de la casa, de vez en cuando atendía a las clientas del negocio. Aquello le entusiasmó tanto que comenzó a idear un malévolo plan para ocupar el lugar de Adela.
La señora de la casa solía tomar varias infusiones al día. Infusiones que le preparaba Pilar y a las que fue añadiendo poco a poco algunas gotas de “Diluvión”, un matahormigas que se podía adquirir fácilmente en cualquier droguería. El producto tenía arsénico y dejaba un cierto sabor dulzón en las tisanas que tomaba Adela. Repentinamente comenzó a enfermar. Vómitos, dolores de estómago y en las articulaciones, cansancio extremo…los médicos no tenían demasiado claro el diagnóstico y se decantaron por una gripe. Desgraciadamente, Adela falleció el 19 de marzo de 1954.

Pilar creyó tener el terreno allanado para cumplir con su ansiado plan. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Enrique, absolutamente destrozado por la muerte de su esposa, despidió a Pilar, cerró la charcutería y se marchó de Valencia para huir de los recuerdos. Nuevamente Pilar se encontraba sola. Aunque no del todo. Desde hacía tiempo tenía una amiga llamada Aurelia. Ella fue quien le proporcionó un nuevo empleo en la casa donde trabajaba tras recomendarla a sus patrones: el doctor Manuel Berenguer y su mujer Carmen Cid.
Pilar y Aurelia solían salir una tarde a la semana a bailar e intentar cazar algún pretendiente. Hubo un chico que llamó especialmente la atención de Pilar. Sin embargo, el muchacho se sintió más atraído por Aurelia. Algo volvió a nublarse en la mente de Pilar, quien pensó que acabar con la vida de su amiga haría que el pretendiente fuese para ella. En cuanto Aurelia dio muestras de los primeros síntomas del envenenamiento, el doctor Berenguer decidió que fuese ingresada en el hospital. Decisión que le salvó la vida.

Lo que el doctor no podía imaginar es que el objetivo de Pilar ahora sería Carmen. No pasaron demasiados días cuando su esposa comenzó con los mismos síntomas de Aurelia: Vómitos, dolores y fatiga extrema. El instinto profesional se puso en alerta. Aquello era demasiado extraño. Inmediatamente despidió a Pilar, el doctor comenzó a sospechar que ella era la causa de aquellas raras enfermedades de las dos mujeres.
Acudió a colegas para obtener una segunda opinión, los cuales le confirmaron la sospecha de que Carmen estaba siendo envenenada. Berenguer siguió tirando del hilo y consiguió averiguar quienes habían sido los últimos patrones de Pilar. Después de hablar con Enrique Vilanova, decidió denunciar a Pilar y pedir que el cuerpo de Adela fuese exhumado.
Tras descubrirse que también fue envenenada, los minutos en libertad de Pilar estaban contados. Si bien es cierto que confesó después de treinta y seis horas sin dormir ni comer en comisaría, la prueba definitiva fue encontrar entre sus posesiones un frasco de Diluvión. Durante el juicio, el abogado de la asesina le aconsejó declararse culpable para intentar obtener la cadena perpetua. Ella insistió en su inocencia hasta el final. El tribunal, implacable, la condenó a morir en el garrote vil. Pilar fue la última mujer en recibir la pena máxima en España.

Susana Alba Montalbano - Escritora y articulista en psicologodecabecera.com. Amo el arte, los artistas y que me leas tú.
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