
Soy leyenda...
Dalí en el Caribe
A propósito de Esperando a Dalí, la película de David Pujol que recién se estrena en la pantalla grande española, resulta pertinente mencionar algunas ideas sobre el gran impacto del pintor surrealista, incluso en lugares del mundo en los que nunca estuvo directamente.
Podría pensarse que de genios como Salvador Dalí no queda nada por decir. Sin embargo, su personalidad tan polifacética, todavía despierta interés y seguirá despertándolo seguramente. Tanto es así que incluso su fama llega a espacios geográficos en los que nunca puso pies. Los pusieron sus obras, claro, o las noticias acerca de su personalidad arrasadora. Es el caso de Cuba. La isla siempre ha mostrado gran preocupación por la cultura y su continuo desarrollo, de modo que Dalí no resulta allí para nada distante.

Los motivos concretos de por qué el pintor, escultor, grabador, escenógrafo y también escritor español, no estuviera en Cuba, no los conocemos. Podría pensarse en alguna relación con la ideología, puesto que Dalí se ufanaba de su elección a la derecha del espectro político. “Picasso es comunista; yo tampoco”, bromeaba. Pero en cualquier caso, era un artista y no del montón. En Cuba su obra gozó siempre de prestigio. El gran novelista y musicólogo Alejo Carpentier le tenía gran estima. Pintores como René Portocarrero o Amelia Peláez reconocían su influencia en toda la plástica posterior.
DALÍ EN LA HABANA
En julio de 2014 el Museo Nacional de Bellas Artes, de La Habana, acogió una exposición de obras de Salvador Dalí. Se trataba de una selección de 95 piezas y llevaba por título “Memorias del Surrealismo”. Las pinturas formaban parte de las series “Los Cantos de Maldoror” (1934), “La Divina Comedia” (1960), “Viaje fantástico” (1965), “Dalí interpreta a Currier y a Ives” (1971), “Memorias del Surrealismo” (1971), y “Las doce tribus de Israel” (1973). La selección estuvo a cargo del filósofo, novelista y tasador de arte Alex Rosenberg (Estados Unidos, 1919-2022), quien mantenía una relación directa con la cultura cubana y quien tuvo el privilegio de conocer al excéntrico Dalí.

Salvador Dalí nació en Figueras, Cataluña, en 1904 y allí murió en 1989. El tiempo entre ambas fechas fue para él agitado y fructífero como pocos. Reinó en el surrealismo y cuando intentó superarlo, algunos extremistas lo acusaron de traidor al movimiento. El investigador e hispanista irlandés Ian Gibson lo cataloga como el exhibicionista más grande de la Historia. Aficionado al dinero, según su propia confesión, polemista y provocador, justificó con su pintura cualquier actitud personal. Se convirtió en un mito viviente y lo sigue siendo desde el más allá.
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