Lo primero que dice Patrick cuando lo aborda la guardia civil en el avión, “Mi padre me ha dicho que venga a dar la cara como un hombre”.
¿Cómo un hombre?, sabe ese ser, lo que es ser un hombre. Alguien que mata a 4 miembros de su familia, entre los que se encuentran dos primos que están empezando a vivir, ¿puede considerarse un hombre? Un monstruo que aborda por la espalda a sus víctimas y aprovechando el cariño y la confianza que estas le tienen los asesina vil y cobardemente, ¿puede sentirse un hombre?, ¿cómo puede venir a dar la cara como un hombre, algo que no le llega a un hombre ni a la suela de los zapatos? Tenía que haber dicho la verdad, ya que, a los agentes, a las víctimas y a la sociedad en general, nos dan igual los motivos por los que haya venido, lo único que nos importa es el hecho de que venga, y simplemente, porque teniéndolo aquí, se puede hacer justicia.
Imagen extraída del vídeo de la Guardia Civil
Pero sus motivos reales, los que se esconden tras esa frase vacía de “dar la cara como un hombre” se esconde el miedo, el miedo real, el terror y el sentido de conservación más ancestral. Cumplir o rendir cuentas por lo que hizo en una prisión de Brasil, le costaría probablemente la vida, vida, que, por otro lado, será placida y cómoda durante los años que cumpla condena aquí en España. No viene por que se sienta moralmente obligado, no, viene por puro egoísmo, por puro interés, por él.
Tras su primera declaración sin tan siquiera salir de las instalaciones del aeropuerto, ya dejaban entrever la forma tan particular que tenía este individuo de dar la cara.
Imagen extraída del vídeo de la Guardia Civil
Memoria selectiva, me acuerdo de unas cosas y de otras no. Y esto no mejoraría cuando lo trasladan al lugar de los hechos con la intención de que recuerde más detalles.
Recuerda que llegó con dos pizzas, que su tía, sorprendida y extrañada, le abrió la puerta y lo invitó a entrar, que se sentaron en la mesa del porche a disfrutar de una comida veraniega al pie de la piscina con sus dos primo pequeños jugando, que su tía al finalizar la comida entro a lavar los platos y que él la siguió, y flash, no recuerda como, aparece muerta a sus pies, casualmente también recuerda a sus dos primitos llorando abrazados al lado del cuerpo de su madre, pero no recuerda como los mata o mejor dicho, dice no recordar como los mata. Sabe o dice saber que limpió sin dar muchos detalles y se sentó a esperar a su tío, cuando este llegó lo recibió en el porche, cuenta que Marcos se sorprendió al verlo y se alegró, hablaron un rato y acto seguido se levantó para entrar en casa, él lo siguió y al llegar a la puerta de entrada, flash de nuevo, recuerda a su tío tirado en el suelo muerto.
Imagen extraída del vídeo de la Guardia Civil
Se duchó, lo recogió todo y se acostó en la habitación aledaña a donde había dejado las bolsas con los cuerpos, puso un ventilador y paso la noche.
Esto era dar la cara como un hombre para él, venir para salvar el culo e impedir que tus huesos terminen en una cárcel en tu país y contar cuatro cosas justas. Hay que agradecer a la gran labor de los investigadores, que tuviesen todo atado y bien atado, que este ser no encontrase la más mínima rendija por la que poder escabullirse, porque si fuese por su relato, poco podría haberse hilado.
Vergonzoso sería que en durante el juicio, la abogada de la defensa quisiese hacer ver, que su acusado contribuyó en todo momento con la investigación y ayudó al esclarecimiento de los hechos y que esto, debería de usarse como atenuante.
Menos mal que el jurado tuvo a bien no creer las palabras y la sinrazón que esta persona exponía. Sobre todo, porque con el devenir de los días, se descubriría algo más horrendo aun que los propios crímenes, y se preguntarán, ¿puede haber algo más horrendo aunque eso?, pues sí, Patrick no se conformó con asesinar y descuartizar a su familia, no, Patrick lo narró todo en tiempo real, lo contó y ridiculizo a sus víctimas con mensajes y fotos que enviaba al otro lado del Atlántico y cuyo receptor era, su amigo más íntimo, su amigo Marvin.
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