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Tchaikovsky por partida doble

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El hecho de que en territorio español coincidan este mes dos versiones de El lago de los cisnes es una prueba de la vitalidad del ballet clásico pero, sobre todo, del gran compositor Piotr Ilich Tchaikovsky. En efecto, a la ya anunciada presentación del Ballet de Kiev del 25 al 30 de julio en el teatro Coliseum, en la Gran Vía de Madrid, se une la del Ballet de Camagüey, una troupe fundada en Cuba, en 1967. Esta última se presenta, desde el 5 de julio y hasta el 6 de agosto en el Teatro EDP, también en la Gran Vía.

LA NOBLEZA DE UN GESTO

Precisamente cuando su país ha sido invadido por Rusia, el Ballet de Kiev ha escogido para la presentación en España su versión de El lago de los cisnes, con música del célebre Piotr Ilich Tchaikovsky y libreto de Marius Petipa. Ese gesto va más allá de lo artístico y confirma que la cultura es territorio sagrado, un lugar al que no llegan el odio ni la venganza. Al entenderlo de esa forma, el Ballet de Kiev nos da de antemano una lección de ética. El lago de los cisnes es uno de sus espectáculos más emblemáticos y ha sido aclamado en todos los continentes. Se ha caracterizado por la sobriedad y el virtuosismo de sus artistas.

UNA ODETTE TROPICAL

El Ballet de Camagüey es la segunda compañía de danza clásica fundada en Cuba. Con El lago de los cisnes ha recorrido escenarios de América, Europa y Asia. Dirigida por la maestra Regina Balaguer, hace gala en su versión del vigor de los miembros de la escuela cubana y de un sorprendente colorido de la escenografía y el vestuario. Esta adaptación parece más dispuesta a alterar los dictados de la pieza original.

Piotr Ilich Tchaikovsky compuso El lago de los cisnes por encargo del Ballet Bolshoi, de Moscú, en 1875. Cuando se estrenó en 1877, con coreografía de Julius Reisinger recibió críticas muy negativas. Su notoriedad comenzó a labrarse a partir de la puesta en 1895 en San Petersburgo de una nueva versión con coreografía de Marius Petipa y Liev Ivanov.

Con las presentaciones casi simultáneas en la Gran Vía de Madrid del Ballet de Kiev y el Ballet de Camagüey, tenemos la posibilidad de comprobar lo que, para cada institución significa El lago de los cisnes. No se trata de una competencia. Cada compañía descifrará a su manera la tragedia de la princesa convertida en un cisne blanco y la angustia del príncipe por recuperarla. Nosotros, en tanto espectadores, podemos opinar.

Editora, redactora, máster en Literatura Española. Ars longa, vita brevis.

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