
Soy leyenda...
El hombre que amaba a los gatos
Entre los deleites –y necesidades– que definieron la vida del estadounidense Ernest Hemingway, Premio Nobel de Literatura en 1954, predominan los libros, la caza, el mar, los viajes y los gatos. Comúnmente se le recuerda como escritor, pero tuvo casi la misma entrega que con la escritura, con todo lo demás que rodeó su existencia. El amor a los gatos destaca entre todo.
En la actualidad aquellos que van hasta la que fue su vivienda en Cayo Hueso, Florida, en busca del entorno íntimo de Hemingway, se asombran de los tantísimos gatos que allí viven. Los felinos, muchos de los cuales, asombrosamente, tienen patas de seis dedos, descienden de los primeros que tuvo el escritor, en particular de Snowball. Hay en la casa una gran cantidad de fotografías en las que se ve a Hemingway con sus gatos. Otras muestran exclusivamente a los gatos sobre alfombras, sobre los muebles, enseñoreados de cada rincón.

ENTRE FELINOS
Ernest Hemingway se interesó por otros animales. Se sabe que en la propia vivienda de Cayo Hueso tuvo nueve perros, pero quizás por su resistencia en el tiempo, o simplemente por misterio, fueron los gatos los que sobrevivieron. Andrew Morawski, el director de la casa museo de Hemingway, ha llegado a afirmar que actualmente los norteamericanos acuden al lugar, atraídos más por los gatos que por el propio autor. Sin dudas el Nobel Hemingway se entregó a la ternura y la paz que suelen transmitir estos pequeños felinos, él, que fue un hombre atormentado. Tanta consideración les tenía que expresó: La honradez emocional de un gato es total; los seres humanos esconden sus sentimientos por diferentes razones, pero un gato nunca.

Y como un gato con sus siete vidas vivió Ernest Hemingway, mientras no le falló la autoestima. Una existencia sembrada de riesgos, bebida, viajes, accidentes, lo colocó en muchas ocasiones al borde de la muerte. Aunque solía salir triunfante de cada peripecia, lo cierto es que su salud física y mental se deterioró paulatinamente, hasta conducirlo al suicidio.
DE JULIO A JULIO: UN CICLO PERFECTO
Coincidió el mes de su nacimiento con el de su muerte. Nació el 21 de julio de 1899 y puso fin a su vida un 2 de julio de 1961. Es cierto que coincidencias así hay muchas, pero no dejan de ser curiosas y más en figuras tan significativas como lo es la de Hemingway. Su personalidad fue, en efecto, controvertida, pero como lectores, no se puede hacer más que admirar su obra, en la que el ser humano suele encontrarse, como él mismo lo hizo, en una situación extrema. Que julio permita recordar siempre al hombre que también amó a los gatos.
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