1



Cuéntame un cuento

Samantha Steven, una realidad abrumadora

By  | 

En primer lugar, voy a presentarme. Mi nombre es Samantha Steven, actualmente, estoy estudiando medicina en una universidad prestigiosa de Londres. Siempre me he sentido muy identificada con esta profesión, ya que me motiva enormemente el hecho de salvar vidas y ayudar a las personas. Os cuento todo esto para que me conozcáis un poco más; sin embargo, la historia que os voy a narrar no tiene nada que ver con mi formación académica y profesional.

Cuando me despierto cada mañana, las primeras palabras que penetran en mis oídos son las siguientes:

– “¡Levántate ya!”

– “Mi abuela es más rápida que tú, vistiéndose“.

– “¡Apresúrate, vas a llegar tarde a clase!”

Continuamente lo mismo, un día tras otro. Todo esto me genera una ansiedad terrible, de hecho, jamás consigo mirarme al espejo y ver mi llamativa sonrisa. No hace falta que os diga qué persona me lanza esas pullitas, supongo que lo podéis intuir, cada uno a su manera. Yo he sido una persona tranquila, he tenido muchas aspiraciones en la vida. No obstante, cuando hay algo que te resta parece ser que las dificultades se suman y te impiden desarrollar tu trabajo tal y como te gustaría.

A todo esto, llego a las cinco de la tarde a casa, totalmente exhausta. La carga excesiva de información en algunas asignaturas como bioquímica o anatomía clínica me agota muchísimo. Y no hay tregua, aprovecho la media hora que tengo para comer y, en ocasiones, sigo escuchando:

– “¡Cómetelo todo!”

– “Ahora después, ¡friega los platos!”

– “¡Pon la lavadora!”

Nunca pensé que esto de vivir en pareja sería tan complicado. En los inicios todo era tan bonito. Todavía recuerdo el primer día que nos conocimos en el cine, gracias a unos amigos que teníamos en común. Recuerdo esa conversación tan mágica, aún siento mariposas en el estómago, cuando le pregunté:

– “¿Qué soy yo para ti, Mario?”

– “No hace falta que te responda, Samantha, pero hará una excepción. Quiero que sepas que siempre te voy a proteger ante todo. Sin lugar a duda, eres la mujer más maravillosa que he conocido siempre. Te quiero con locura.”

Como ya he explicado anteriormente, esas palabras calaron muy profundamente en mí. En cambio, a día de hoy, mi subconsciente se pregunta: ¿y ahora qué?; ¿por qué ha cambiado todo tanto?; ¿es cierto que el paso del tiempo convierte en cenizas el sentimiento amoroso? Son cuestiones que he tratado de responderme a mí misma, aunque no consigo dar una explicación rotunda y clara a todas ellas. Me siento atrapada dentro de un círculo cerrado, no tengo escapatoria.

Mis familiares más directos sí se preocupan por mí, especialmente mi madre. Ella me ha demostrado que en los momentos más difíciles va a estar apoyándome. No obstante, llegado este momento, siento miedo de contarle lo que me está ocurriendo, hay algo dentro de mí que se ha ido apagando, realmente me siento como esa llama de una vela que va muriendo poco a poco…Toda esta situación se agrava por las noches, cuando Mario quiere estar en la habitación conmigo. Es evidente que ya no siento lo mismo que antes, tal vez algún día encuentre la solución oportuna para contarle que ya no lo quiero. Estoy desesperada, no ha sido culpa mía. En este momento, me viene a la memoria aquella conversación que mantuvimos hace tan solo un par de semanas:

– “Hoy vas a hacer lo que yo te diga”.

– “Estoy cansada, mejor en otro momento”.

– “Te he dicho que no rechistes”.

En fin, ya veremos qué decido en un futuro. Con esta historia pretendo transmitiros que las recriminaciones no son amor. El sentimiento amoroso solo se engloba dentro de una atmósfera cargada de paz y armonía, en la cual dos personas luchan por su propia felicidad y por el bienestar de la otra persona, que al fin y al cabo es el fiel compañero de toda una vida.

¡Vivamos el presente y huyamos de todo aquello que nos perjudica!

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.