Yo me acuerdo de, y ¿tú?

Me acuerdo de las sonrisas que llenaban la casa.

Me acuerdo de párvulos, nada positivo, no quería ir, las faldas de mi madre eran mi refugio.

Me acuerdo de mis compañeros de colegio, y como no del instituto.

Me acuerdo de las notas que dejaba a los Reyes Magos, ya sabiendo quienes dan la ilusión a los más pequeños de la casa, y que mi madre recibía con toda la alegría como si de su regalo se tratase.

Me acuerdo de las comidas familiares, con mis abuelos, tíos y primos maternos y paternos, y tener que cruzar la mesa de esquina a esquina del salón para poder estar todos juntos.

Me acuerdo, con nostalgia, de hacer las cuentas detrás del mostrador de la panadería de mis padres.

Adolescencia

Me acuerdo las primeras propinas, trabajando en el bar con mi padre, que me daban la libertad para poder salir en mi adolescencia.

Me acuerdo de primera, y única bici, que tanto recorrió y compartí con mi hermano cada verano.

Me acuerdo de las caminatas para subir a la piscina del pueblo, después de haber perdido la furgoneta que nos podía llegar. Era más divertido y sano subir El puerto de Navalmoral.

Me acuerdo de mi primera sonrisa sacada por un chico, el primero, y sentir que hoy en día esa inocencia sigue estando en mí.

Me acuerdo de mis primeros vaqueros, floreados. Quién me ha visto y quién me ve.

Me acuerdo de mi primer viaje a la playa con mis padres y mi hermano.

Me acuerdo de mi primer viaje fuera sin mi familia, viaje fin de curso, con mis compañeros del colegio. El del instituto también lo recuerdo con mucho cariño.

Me acuerdo de mi primer viaje fuera de España, a estudiar inglés, no quería ir y luego no quería volver.

Madurez

Me acuerdo de salirme de muchas entrevistas de trabajo, por comportamientos machistas, pero al mismo tiempo recuerdo muchas por el respeto y los buenos proyectos que tenían.

Me acuerdo de mi primer regalo comprado con mi primer sueldo comprado a mi madre. Treinta y tres años después sigue intacto en su habitación.

Me acuerdo de esa persona que llenó mi corazón durante cuatro años y luego lo destrozó. Enseñanza de vida, recuerdos para no mirar atrás.

Me acuerdo de recuperar la ilusión en esa faceta de tener pareja, y que hoy en día se mantiene.

Me acuerdo de mis primeros compañeros de trabajo, de las complicidades que tenía con muchos y las rivalidades que otros buscaban sin razón.

Me acuerdo de mis cambios laborales, unos con miedos y otros con ilusión.

Me acuerdo de mis primeros días como propietaria de la empresa que formamos entre tres amigos, que luego fuimos dos y finalmente empresa familiar.

Me acuerdo de ser feliz cada día, y si la vida no me pone demasiadas zancadillas lo consigo.