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Soy leyenda...

¡Felicidades, Robert! Los 80 años de De Niro

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En 1906, Konstantín Stanislavski, el mítico actor, director y teórico ruso del teatro plantaría el germen de lo que después vendría a llamarse “Método Stanislavski”. Este sistema estaba llamado a revolucionar por completo el mundo de la interpretación ya que proponía una comunión total entre actor y personaje, es decir, la inmersión sicológica del intérprete, el todo por el todo encima del escenario. Aún a día de hoy, este sistema sobrevive y cuando se habla de “actores del método” se alude a los que han sido formados siguiendo esta filosofía.

No sabemos si el creador de “el método” llegaría a imaginar alguna vez la repercusión que tendrían sus preceptos en el cine pero, sin duda, le habría gustado saber que, un neoyorquino nacido tal día como hoy de 1943, partiría de sus bases teóricas para revolucionar el cine de la segunda mitad del siglo XX. El joven Robert de Niro se crió entre dos barrios míticos de la gran manzana como son Little Italy y el Greenwich Village.

Sus dos padres eran artistas, pintores en este caso, así que su camino hacia la actuación fue más o menos natural y no supuso ningún drama en la familia. Tras abandonar con 16 años la secundaria, inició sus estudios interpretativos en Actors Studio, la mítica asociación estadounidense para actores, directores y escritores donde recibió, como apuntábamos antes, sus primeras nociones como “actor del método”. Algo se hacía bien en esa escuela cuando de allí salieron actores y actrices como Marlon Brando, Al Pacino o Laura Dern además de De Niro.

Dos jóvenes Robert De Niro y Al Pacino

Como siempre, en la construcción de las leyendas juegan un papel importantísimo las coincidencias. Por ejemplo, en 1957 un joven llamado Ivan Vaughn presentó a dos jóvenes de 15 y 16 años en un festival de música organizado en la parroquia de St. Peters en Woolton, Liverpool, ¿qué tiene que ver?, pues que uno se llamaba John Lennon y el otro Paul McCartney. De la misma forma, la historia de De Niro está profundamente marcada no solo por su talento como actor, sino también por el contexto que le tocó vivir, ya que a finales de los sesenta y principios de los setenta la escena neoyorquina de directores de cine se estaba organizando entorno al concepto de “nuevo cine estadounidense”.

Partiendo estilísticamente de John Cassavetes, un grupo de directores que ha acabado conociéndose como “Generación del 70” o “El grupo de los barbudos” (por su compartido estilo capilar setentero) cambiaban el cine para siempre dando un vuelco hacia el realismo crudo. Escenarios reales, actuaciones del “método” y la introducción de temas sociales en el cine son algunas de las características que cimentaban los comienzos de este grupo formado, nada más y nada menos que, por George Lucas, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese y Brian De Palma.

De izquierda a derecha: Spielberg, Scorsese, De Palma, Lucas y Coppola

Sería con este último con el que Robert de Niro comenzaría su carrera meteórica. El actor rodó con De Palma tres comedias: Greetings (1968), The wedding party (1969) y Hi, mom! (1970). Estas tres producciones los acercaron personalmente y cuando el amigo de De Palma, Martin Scorsese, necesitó un actor para Malas calles (1973), este no dudó en presentarle a De Niro forjando así una de las comuniones más productivas del mundo del cine. Después vinieron Taxi Driver (1976), New York, New York (1977), Toro salvaje (1980) o El rey de la comedia (1982) para consolidarlo como el rey (también) de la interpretación. No nos olvidamos, claro, de su trabajo para otro barbudo, en este caso para Francis Ford Coppola: su eterna interpretación del Vito Corleone joven en El Padrino, parte 2 (1974).

De Niro en Taxi Driver, 1976

Tras un Robert De Niro insuperable en los setenta, ochenta y noventa con papeles tan memorables (siempre de tipo duro/mafioso/policía) como los que desarrolla en Goodfellas (1990) o Heat (1995) vuelve a la comedia (Los padres de ella, Dirty grandpa…) y algunos hablan de decadencia en su carrera. Lo que ocurre con las leyendas es que todo el mundo quiere enterrarlas antes de tiempo y De Niro se revela contra eso de nuevo con la ayuda de Scorsese firmando una de sus grandes actuaciones en El irlandés (2019).

De Niro en The Irishman, 2019

Hoy celebramos el 80 cumpleaños del bueno de Robert y, el que haya visto su último trabajo, Killers of the flower moon (2023), sabrá que está tan en forma como siempre y que le quedan algunos años de buen cine, el “Método De Niro” está a salvo, larga vida al rey.

De Niro y DiCaprio en Killers of the flower moon, 2023

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