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El dilema filosófico del tranvía
Intenta hacerle esta prueba a la gente que te rodea y averigua si los conoces realmente.

En este artículo vamos a elaborar un experimento mental conocido como el dilema filosófico del tranvía. Para ello primero debemos dar algunas ideas previas. La ética (del griego antiguo ethos, costumbre o conducta) es una de las ramas más importantes de la filosofía práctica, la cuál se dedica a reflexionar acerca de cómo los seres humanos debemos obrar para tener una buena vida, o en palabras del filósofo griego Sócrates “una vida que merezca la pena vivir”. Indudablemente, son innumerables las filosofías, doctrinas o religiones que a lo largo de la historia han ofrecido respuestas a estas profundas cuestiones. De entre ellas, dos de las posturas filosóficas de más impacto en nuestro presente son las conocidas como utilitarismo y deontologismo, las cuáles pondremos a prueba a continuación.
Tocando tierra
Una forma de bajar del abstracto mundo de las ideas y facilitar la comprensión de las teorías filosóficas como las nombradas anteriormente es tratarlas a través de ejemplos reales o hipotéticos. De esta manera, logramos poner a prueba nuestras intuiciones y opiniones sobre el asunto. En ética o filosofía moral, el ejemplo más famoso es el conocido como “dilema del tranvía”, propuesto por la filósofa inglesa Philippa Foot.
El dilema en cuestión
El dilema, de forma esencial -pues existen numerosas versiones- es el siguiente: Imagina que estás en lo alto de una plataforma y abajo discurre un tranvía fuera de control. En su camino se encuentran cinco personas atadas a la vía, las cuales serán arrolladas y morirán inevitablemente a no ser que acciones una palanca que se encuentra a tu lado, desviando el tranvía hacia otra vía donde, desgraciadamente, se encuentra otra persona atada. De esta manera, esta persona moriría pero lograrías salvar a las otras cinco. Llegados a este punto ¿Qué haces?
Si elegiste no accionar la palanca…
Si elegiste no accionar la palanca, dejando morir a las cinco personas pero no manchándote las manos de sangre, eres una postura cuya convicciones morales simpatizan con el deontologismo. Esta postura moral considera que nunca se deben cometer acciones malvadas o inmorales, aún cuando sus consecuencias serían positivas o deseables. Para un deontologista, el fin nunca justifica los medios. No se roba poco o mucho, no se roba y punto.
Si elegiste accionar la palanca…
Si elegiste accionar la palanca, matando a una persona de forma directa pero salvando a otras cinco eres una persona cuya intuiciones están cercanas al utilitarismo. Esta doctrina ética considera que en todo conflicto moral deben maximizarse la felicidad del mayor número de personas posibles, aún cuando haya personas que salgan perjudicadas. En este caso, para ti el fin sí justifica los medios en ocasiones. Eres lo que podríamos decir, una persona de acción.
Espero que os haya gustado la lectura y ¡déjanos tu elección en los comentarios!

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