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Reportajes y artículos

Un pícaro en la actualidad

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La picaresca empezó a ganar seguidores a partir del siglo XVI. Esta se asocia a aquellas personas que poseen un comportamiento característico, aplicable a las experiencias y vivencias diarias. En general, un pícaro se define como el ser humano que busca aprovecharse de los demás para conseguir un beneficio. En la literatura española tenemos la viva imagen del Lazarillo de Tormes, un niño que intenta ganarse la vida aprovechándose de sus amos. Para ello, se ve obligado a atravesar un verdadero infierno para conseguir apenas dos migajas de pan y un poco de agua.

En pleno siglo XXI parece ser que el término ha quedado en desuso, pero no es así. ¿Acaso no existen las personas que se aprovechan de los demás? La respuesta es afirmativa a esta cuestión. De hecho, en el ámbito de la política, los gobernantes intentan labrar su terreno según sus propias necesidades, sin atender a la opinión del pueblo. Además, manejan los salarios a su antojo, de manera que la sociedad siempre quedará en manos de unos pocos, no dando a todo el mundo las mismas ventajas.

Los vencedores y los vencidos

Cualquier disputa sirve para reflejar la realidad del momento, siempre habrá unos vencedores y unos vencidos. En ese momento, los ganadores se sentirán halagados por lo conseguido, eso les permite tener un poder superior al resto. En cambio, los perdedores estarán inmersos en un profundo pozo sin escapatoria. A partir de aquí, surge la picardía. Con el poder en mano siempre resultará más sencillo manejar las riendas y adquirir unas ventajas. Por el contrario, si se carece de poder es complicado abandonar las tinieblas que no dejan ver el más allá. Aunque con una gran persistencia también se puede conseguir.

La picardía, una cualidad innata

Actualmente, no basta con ser una persona inteligente. Para triunfar en la vida, además de la inteligencia, se necesita una pizca de suerte que unida a la picardía elevará al ser humano hacia lo más alto. Dichas condiciones, por desgracia, no son aprendidas. Sin lugar a duda, son condiciones innatas que favorecen el desempeño del hombre dentro de la sociedad. De todos modos, no conviene abusar de las cualidades positivas, ya que a veces el exceso de poder también nos puede conducir al fracaso más absoluto.

Sé tú mismo

No intentes jamás aparentar algo que no eres. Los demás percibirán tu falta de personalidad y no te considerarán una persona con principios. La clave en esta vida es sé como quieras ser, sin fijarte en los demás. No olvides que las apariencias engañan, por lo tanto, no confíes siempre en aquello que tratan de reflejar tus iguales, tú eres diferente, pero no te olvides que ante todo eres un ciudadano más.

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