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“El Conde” de Pablo Larraín llega a Netflix el 15 de septiembre
¿Qué pasaría si el dictador Augusto Pinochet no hubiera muerto y fuera un vampiro sediento, aunque ya de poca sangre? Pues bajo esa premisa, el director chileno Pablo Larraín nos presenta su última película, “El conde”. La película, de la productora FABULA, del propio Larraín, acaba de ser presentada en el Festival Internacional de Cine de Venecia, donde compite por el León de Oro y llegará a Netflix el 15 de septiembre, aunque a partir del 7 del mismo mes estará en la cartelera de algunos cines españoles.
El dictador chileno Augusto Pinochet está muy vivo, y no, no es una metáfora sobre la pervivencia de los postulados fascistas y autoritarios en el mundo o algo así, es la idea sobre la que se construye la narración de la película de Larraín. En un universo paralelo, Augusto Pinochet disfruta de la vida eterna gracias a su condición de vampiro, aislado en una mansión en el frío extremo sur de Chile.
Sin embargo, tras 250 años de vida, decide tomar la decisión de dejar de alimentarse de sangre y poner fin a su vida, cansado de las continuas disputas con sus molestos familiares y decepcionado por la imagen de ladrón que tiene el mundo de él, de ladrón, lo de asesino y dictador no le molesta tanto. El director chileno Pablo Larraín nos presenta una sátira y comedia negra donde el sarcasmo y la ironía serán los hilos conductores a través de los cuales, gracias a su capacidad para retratar las aristas y diversos planos de la psicología de personajes complejos y profundos (“Jackie” o “Spencer”), veremos a un Augusto Pinochet luchar contra la imagen errónea que, para él, se tiene de su vida y la injusticia que se está cometiendo sobre su legado.
Más allá de la ya contrastada mano en la dirección de Larraín, destacar en el reparto la labor de Jaime Vadell que da vida al Conde Pinochet y cuya actuación y vis cómica son otros de los elementos fundamentales de la cinta chilena. Destacar también en el apartado técnico la gran fotografía en blanco y negro elegida por el director, sobria y a la vez atrevida.
A la espera de su paso por el Festival de Venecia, y posterior entrada con fuerza en la temporada de premios (¿Posible nominación a los Oscars como película internacional incluida?), “El Conde” de Pablo Larraín es una comedia negra que ningún amante del género, y del cine en general, puede perderse.

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