
Psicológica_Mente
Ir al baño: ¿en cualquier lado o solo en casa?

Las ganas de ir al baño pueden ser una bendición o una verdadera desgracia. Todo depende de las circunstancias en que estas se presenten. No es lo mismo sentir ganas de ir al baño cuando uno está relajado en la comodidad de su sillón, y apenas tiene que dar algunos pasos hasta el baño para vivenciar el gran placer de satisfacer las necesidades fisiológicas. Eso no es lo mismo que sentir ganas de ir al baño cuando uno ha estado 45 minutos haciendo la fila del banco y, finalmente, queda en posición de ser el próximo atendido. Entonces el planteo existencial de William Shakespeare de “¿Ser o no ser?”, queda minimizado al lado del nuestro: “¿Ir al baño o contener?”.

Además, en este ejemplo, se presentan dos cuestiones. Porque, por un lado, podríamos contener para hacer rápido el trámite en el banco, luego de haber esperado tanto tiempo. Pero, quizás, el trasfondo es que en realidad no queremos ir a cualquier baño porque somos de esos que solo utilizamos el baño de casa.
¿Adentro o afuera?
Este es uno de los temas que divide a la sociedad. De hecho, es digno de formar los famosos “teams”. Entonces escuchamos que alguien dice: “Yo soy Team Verano“, durante un templado día de junio, aunque me gustaría escuchar lo mismo en un candente domingo soleado de agosto. O, de repente, otra persona se manifiesta a favor del café descafeinado, al grito de: “Yo soy Team Decaf”.

En este caso, podríamos hablar del “Team Adentro”, formado por quienes solo pueden evacuar sus necesidades en el baño de casa; y del “Team Afuera”, constituido por aquellos privilegiados que no tienen ningún problema en desvestirse y quedar como Dios los trajo al mundo en cualquier lugar que disponga, al menos, de un precario váter. A estos últimos no les importa -o no piensan en ellos- si antes pasó una persona de poca higiene, si la tapa está muy sucia o si la ventilación del baño no es suficiente y, seguramente, el recuerdo de su paso por el baño quede deambulando por la sala contigua.
Sorpresa en el baño: ¿golpear la puerta o poner la traba?
Otra situación muy particular que suele darse en las circunstancias de “ir al baño público” es la de la persona que, viendo que la puerta está cerrada, intenta abrirla para entrar. Al hacerlo, la puerta abre y se encuentra con la sorpresa de otra persona haciendo de las suyas, sentada en el inodoro. La cuestión aquí es: ¿debería golpear antes de entrar? o ¿la persona que estaba adentro debería haber puesto la traba? Tal vez la respuesta sea: “ambas son correctas”. ¿Y tú, qué haces en esas circunstancias? ¿Y de qué “team” eres, solo en casa o afuera también?
Licenciado en Comunicación Social. Redactor. Contador de historias. Yo pongo el significante, tú el significado.
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